¡Que los dioses se cuiden de Perú!
Resulta execrable el espectáculo que nos ofrecen los líderes de las todopoderosas democracias occidentales al condenar el golpe institucional de Fujimori, manifestando públicamente su¡ plegarias anhelantes por la vuelta de las libertades a Perú.En la última década, los peruanos no han disfrutado de más libertades que la enfermedad, el hambre, la guerra y la muerte. Y para garantizarles aún más una vida retratada en los infiernos, sus Gobiernos fueron inyectados con cuantiosas ayudas internacionales (eufemística denominación para unos créditos salvajes), dólares contra reembolso que no sólo generarían intereses descomunales, impagables por un país sumido en la catástrofe. Serían a la postre la puerta de entrada libre para capitales especuladores que esquilmarían hasta lo insoportable el ya diezmado patrimonio, Ias fuentes de recursos, los bienes naturales.
Ahora distraemos, con tono grave, nuestra responsabilidad en esto. El nuevo dictador es, al, fin, el chivo expiatorio capaz de engullir en un solo trago todas las responsabilidades por el dolor atroz que el pueblo ha soportado durante tantos años.
No defiendo la involución, tan sólo acuso: el golpe en Perú lo hemos gestado entre todos, y somos todos, responsables, del mismo modo que lo somos por el número de seres humanos que, dicen las frías estadísticas, mueren de hambre cada minuto.
Nuestro consumo desenfrenado, nuestra hipócrita y desvirtuada visión de la realidad, nuestro egoísmo, no sólo están acabando con la vida y el orden natural del planeta. Están sumiendo cada vez a más pueblos en la calamidad de la lucha desesperada por la supervivencia. En ellos, ninguna democracia sobrevivirá, pues el hambre sólo puede conducir al caos, y en medio del caos no tiene cabida ningún orden político.
Podemos seguir tranquilos, nuestras conciencias amarradas al mando a distancia del televisor. La única y verdadera exposición universal, la de los horrores, no ha hecho más que comenzar. ¡Que los dioses se cuiden de Perú!-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Estados Unidos ataca al Estado Islámico en Nigeria tras las amenazas de Trump por los asesinatos de cristianos
Se eleva a 10 el número de fallecidos al volcar un autobús en Veracruz
La Fiscalía de Ciudad de México confirma que el hombre asesinado en la Zona Rosa era El Panu, jefe de seguridad de Los Chapitos
Navitrans, una cena de navidad para personas LGBT+ en condición de calle y trabajadoras sexuales
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva




























































