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ETA: "El Gobierno de Navarra es consciente de que su estabilidad está en nuestras manos"

ETA asegura en sus documentos internos que la estabilidad del Gobierno de Navarra, de Unión del Pueblo Navarro (UNP, asociado al PP), "está en nuestras manos". El texto, redactado en euskera por José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, contiene un exhaustivo análisis de la situación en la comunidad foral. ETA teme que el PSOE de Gabriel Urralburu, en sintonía con Eusko Alkartasuna (EA) e IU, pueda constituirse en "alternativa de progreso", se muestra preocupada por la imagen creciente de "conchabeo" entre FIB y UNP y exige para el futuro "una política más desestabilizadora y deslegitimadora".

Los analistas de la lucha contraterrorista se han quedado sorprendidos por la profundidad y la calidad de los análisis que maneja la organización terrorista. "Pocos partidos políticos, si es que hay alguno, harán estudios tan detallados y sugerentes", afirma una persona que conoce gran parte del material incautado a la dirección de ETA. El ordenador Macintosh que usaba Txelis en su "despacho" de la residencia Los Pastores, de Bayona, ha resultado ser una mina de información sobre las interpretaciones de los terroristas.Un estudio que ha llamado mucho la atención es el referido a la situación navarra. ETA, que habla siempre en primera persona del plural para referirse a "nuestros militantes", "nuestra base social", "nuestra gente", "nuestra alternativa", está preocupada por el futuro. Admite, por una parte, que el Gobierno de UPN es consciente de que su estabilidad "está en nuestras manos" pero muestra también su malestar por no haber sabido deshacer Ia imagen de que estamos conchabados con UPN".

A ETA le molesta sobre todo el coste de las maniobras a que se vieron obligados los seis parlamentarios de HB para cortar el paso a la presidencia al socialista Urralburu. Con una actitud simétrica ante los candidatos, absteniéndose primero y votando después en contra de cada uno, HB provocó la elección del regionalista de UPN Juan Cruz Allí, que sólo cuenta con el apoyo de los 20 escaños propios. Urralburu, gracias a la suma de sus 19 parlamentarios y los tres de EA, disponía de más escaños. ETA da a entender que la actuación de HB fue correcta, por la inestabilidad que introdujo, pero ahora cree que no se ha sabido combatir bien la idea de complicidad con la derecha.

Para los terroristas, en UPN conviven tres grupos: la vieja guardia, los procedentes del PP y los modernistas, encabezados por Alli. Este último grupo se mira en el espejo de la derecha europea (se cita expresamente como referencia al canciller democristiano alemán Helmut Kohl). Además, trata de borrar el pasado carlista e intenta "integrar 'lo vasco' en el navarrismo".

"Música y canción protesta"

Pero la impresión generalizada de "conchabeo" entre las bases de HB ("nuestra base social", según ETA), crea el riesgo de difuminar y desdibujar a la coalición como alternativa. Más aún cuando ETA cree que existe el peligro de que el partido socialista y las restantes formaciones de la oposición democrática (EA e IU) se consoliden como un polo de "alternativa de progreso".

"Alli pone la música y Urralburu y el PSOE la canción protesta", afirma literalmente ETA. La incógnita que trata de despejar el documento es el espacio que les resta a los rupturistas. Ante la opción de quedarse sin terreno propio, ETA considera necesario "no ceder ningún flanco" y adelantarse "a toda posible iniciativa de EA e IU, sobre todo en los movimientos sociales". La organización terrorista valora el modernismo de la derecha de Alli pero también dice ser consciente de que el presidente de la comunidad foral está conectado "con la cofradía de San Fermín de los Navarros, de Madrid", un núcleo de navarrismo puro y duro a la antigua.

En consecuencia, ETA exige un giro en la política de HB en la comunidad foral. Por una parte, rechaza el carácter inevitable de un pacto de gobernabilidad entre UPN y el PSOE, previsión ésta que ha sido constante y machaconamente exhibida como justificación de su estrategia por la coalición radical desde el proceso de investidura presidencial, a mediados del año pasado. La dirección terrorista calcula que el partido socialista puede muy bien negarse a apuntalar la gobernabilidad, que capitalizaría inevitablemente Allí, y apostar durante lo que resta de legislatura por consolidarse como "alternativa de progreso".

La línea a seguir, según ETA, es empezar a "desenmascarar" el "vacío" político de los "gestos" y guiños dirigidos hacia el vasquismo por Alli y el sector modernista de UPN. ETA cree también necesario ocuparse más de los movimientos sociales y la calle y menos de la participación institucional, aunque admite que ésta fue adecuada en el proceso inicial de formación de la Mesa y las comisiones de la Cámara.

El futuro de la acción política que ETA quiere imponer a través de HB en Navarra, para rentabilizar las facilidades que cree haber obtenido desde la investidura del, Gobierno minoritario de UPN, se resume en pocas palabras: una acción "desestabilizadora y deslegitimadora" de las instituciones.

La conclusión de quienes han podido conocer éste y otros documentos almacenados en el ordenador de Txelis es que Álvarez Santacristina fijaba la política de KAS y de HB, en nombre de la ejecutiva de la organización terrorista. Para estas fuentes, es más que significativo el uso de la primera persona del plural y el hecho de que el ideólogo y estratega de ETA se refiera a los votantes de HB como "nuestra base social".

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