La beatificación de Escrivá

El 8 de abril EL PAÍS daba la noticia de algunos sacerdotes de Mallorca que dicen estar sorprendidos por la rapidez del proceso de monseñor Escrivá "con los datos que nosotros tenemos". Creo que en la Santa Sede tienen bastantes más. Tantos como 22 volúmenes de pruebas testimoniales, que suponen 11.000 páginas y, además, otros 71 volúmenes de los escritos del Siervo de Dios, que forman otras 13.000 páginas de textos. Además, en Roma, y sólo hasta 1981, se habían recibido 6.000 cartas pidiendo la apertura del proceso de beatificación del fundador del Opus Dei Estas cartas proceden de más de 100 países distintos.Con toda esa documentación, y habiendo consultado 390 archivos públicos y privados, para obtener las necesarias pruebas, es difícil pensar que se han pasado cosas por alto o que se ha trabajado sin rigor. Más bien cabría hablar de un modelo de proceso de escrupulosa exactitud y de una "investigación exhaustiva". Así lo han declarado los teólogos consultores, cuyo trabajo habitual es enjuiciar en este tipo de procesos.

Poner en duda que José María Escrivá haya vivido las virtudes cristianas equivaldría a poner en tela de juicio, no al Opus Dei, sino a los más de 1.300 obispos de todo el mundo que pidieron su beatificación: sería como dudar de la veracidad y de la honestidad intelectual y moral de los que gobiernan la Iglesia. Y si hablan de

"pérdida de credibilidad de la Iglesia", 80.000 relaciones firmadas de favores obtenidos gracias a la intercesión de monseñor Escrivá atestiguan más bien una auténtica manifestación de piedad popular.

La causa de monseñor Escrivá ha necesitado 980 sesiones de trabajo, de tres horas cada una. En ellas, 92 testigos (47 no miembros del Opus Dei y 11 ex miembros) han respondido a 265 preguntas sobre la vida del Siervo de Dios, que ha sido analizada casi al microscopio. Todas las posibles objeciones a la santidad de la vida de monseñor Escrivá han sido examinadas atentamente. Por esa razón, la autoridad competente ha podido emanar un decreto en el que se proclama que existen las pruebas de la práctica heroica de todas las virtudes cristianas por parte de José María Escrivá. Y el dedo de Dios -el milagro, que sólo Dios puede realizar- ha confirmado la certeza de la Iglesia.

Ante todo lo expuesto, la noticia que ustedes difunden se desacredita a sí misma. Aquí en Mallorca apenas ha tenido eco en la prensa, sólo una carta publicada en dos de los ocho periódicos que hay en las islas.-