Los sindicatos se oponen al plan de AHV y Ensidesa, que prevé 9.707 excedentes

Los sindicatos CC OO, UGT, ELA-STV y USO rechazaron ayer el plan de competitividad elaborado por la Corporación de la Siderurgia Integral (CSI) para Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa. El plan contempla un excedente de plantilla de 9.707 trabajadores en cinco años (9.966 hasta el año 2000) y reducir la producción -con el cierre de cuatro de los seis altos hornos hoy en funcionamiento hasta 4,5 millones de toneladas al año en lugar de los 6,9 millones actuales.

El plan ha sido elaborado por 1100 personas durante ocho meses y tendrá un coste de 600.000 millones de pesetas. El coste final podría llegar a los 800.000 millones, según reconoció ayer el propio presidente de la CSI en función del ritmo al que se realicen las aportaciones de capital. De los 9.707 excedentes, 3.365 corresponderán a Altos Hornos de Vizcaya y 6.342 a Ensidesa. Según el presidente de la CSI, la reducción se llevará a cabo de forma "no traumática" y, casi con seguridad, mediante prejubilaciones.El presidente de la CSI, José Manuel García Hermoso, aseguró que el sector público tendrá, en principio, mayoría en el accionariado y que las Comunidades Autónomas, "ni individualmente ni en conjunto tendrán un peso significativo".

El plan de viabilidad se presentó ayer a pesar de que no hay decisión tomada sobre composición del accionariado, financiación y coste de la reestructuración de plantilla. García Hermoso justificó la presentación, pese a todo, en las duras negociaciones que se esperan con la Comunidad Europea y con las centrales sindicales.

Beneficios

En este sentido, aseguró que se atenderán "todas las aportaciones que se puedan tener en cuenta". El plan de competitividad con el que la Corporación Siderúrgica espera conseguir beneficios en dos años, contempla unas inversiones de 210.000 millones de pesetas. Con dicha inversión, la sociedad resultante de la fusión entre Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa, que contará con unos activos de 350.000 millones, espera situarse entre las diez primeras sociedades españolas, con unas ventas anuales estimadas en 300.000 millones de pesetas. La actividad de la nueva sociedad se centrará en lo que García Hermoso denominó "mercado natural", es decir, la Comunidad Europea y el mercado nacional.Los responsables de la CSI justificaron el plan de viabilidad, calificado de "ajuste duro" por parte de las centrales sindicales en la falta de competitividad de la siderurgia nacional, en difícil situación a causa del estancamiento en el consumo, la competencia exterior y el aumento de las importaciones procedentes de países del Este de Europa.

El esquema industrial de la CSI pasa por concentrar la producción de arrabio en Gijón mediante la ampliación de sus hornos altos y potenciar la acería de Avilés. En Sestao, mientras tanto, se sustituirán las actuales instalaciones de cabecera por una instalación de alta tecnología. Este proyecto supondrá la construcción de dos hornos eléctricos. Además, se contemplan otras actuaciones de perfeccionamiento de procesos, nuevos productos, innovación y mejora de calidad.

Según explicó el responsable de planificación y logística de la CSI, Nicolás Uríbarri, al término del plan, la nueva sociedad siderúrgica se ubicará, en cuanto a costes, en la mitad de las empresas siderúrgicas europeas. Ahora ocupa el primer lugar.

Escaso margen

Los argumentos de la empresa no convencieron totalmente a las centrales sindicales. Ignacio Fernández Toxo, secretario general de la federación del metal de CC OO destacó ayer el escaso margen de negociación que deja a los sindicatos, mientras que el responsable de ELA-STV, Jon Olascoaga hizo hincapié en que los planes para la siderurgia no contemplan la reindustrialización de las zonas afectadas.En este sentido, José Manuel García Hermoso recalcó que la reindustrialización de las zonas afectadas por la reestructuración de las empresas, y más si se tiene en cuenta lo ajustado de los recursos con que nacerá la nueva sociedad, "no es de nuestra incumbencia".