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Dos vigilantes jurados fueron apuñalados en el metro de Argüelles

Juan Antonio Carbajo

Dos vigilantes jurados del metro fueron apuñalados sobre las once de la noche del sábado durante un enfrentamiento con cuatro jóvenes a los que persiguieron por no pagar el billete. Uno de los vigilantes, Pedro Fariñas Fernández, de 31 años, fue operado en el hospital Clínico y ayer se encontraba grave. Su compañero, Ignacio Díaz López, de 43, sufrió cortes en la axila y la cara y estará hospitalizado al menos una semana.Según la versión de otro trabajador de la empresa Candi, adjudicataria del servicio de seguridad del metro, los vigilantes pidieron que se identificaran a cuatro jóvenes que habían entrado sin pagar y luego se dedicaron a destrozar parte del mobiliario de la estación. Uno de ellos se hirió en una mano al romper el cristal de un aparato de extinción de incendios.

Cuando los vigilantes se aproximaron a los jóvenes, uno de éstos sacó un estilete, con el que hirió a Fariñas, que ayer se encontraba internado en la unidad de cuidados intensivos. Díaz López fue herido a continuación en el costado, a la altura de la axila, y en la cara, al intentar hacerles frente. El vigilante fue arrojado a la vía cuando se encontraba maltrecho.

16 y 17 años

La otra pareja de vigilantes de la estación logró detener a dos de los cuatro agresores después de haber sido alertada por varios usuarios.

Funcionarios de la policía consiguieron localizar y detener a los otros dos miembros del grupo cuando ya se encontraban en el exterior. Los cuatro jóvenes tienen entre 16 y 17 años.

La policía encontró una navaja y un estilete que los detenidos habían arrojado a uno de los montones de basura que se acumula en la estación, acción de la que fue testigo un trabajador del Metro.

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Un compañero de los vigilantes heridos comentó ayer que durante la noche de los viernes y los sábados, algunas estaciones de la red del Metro, como las de Argüelles, Moncloa, El Carmen o Quintana, son tomadas por pandillas de jóvenes que se dedican a destrozarlas.

Por ello, la noche del sábado se encontraban dos parejas de vigilantes en Argüelles. Los guardias jurados del metro no portan armas de fuego.

Manuel García Jurado, delegado del sindicato profesional de vigilancia y seguridad, comentó ayer a Efe que los cuatro jóvenes estaban acompañados por una mujer, "que dijo ser del servicio de limpieza y que intentó mediar cuando los vigilantes pidieron la documentación a los jóvenes". García Jurado comentó que el 20% de las bajas que padece el colectivo son motivadas por agresiones.

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