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Major opta por una política de 'mano dura' en el Ulster

Enric González

Del nuevo Gobierno británico, presentado el sábado por la noche, se deducen tres conclusiones: John Major quiere más participación del Estado en la economía (de lo que se encargará Michael Heseltine), más protagonismo de la mujer (ha incluido dos en el Gabinete) y está dispuesto a utilizar toda la dureza necesaria en el Ulster, lo que se refleja en el nombramiento del halcón Patrick Mayhew.Mayhew, que sustituye al conciliador Peter Brooke como ministro de Irlanda del Norte, es conocido por sus radicales posiciones unionistas. Su nombra miento ha sido acogido con gran satisfacción por los partidos protestantes norirlandeses del reverendo lan Paisley y de James Molineaux, y con desagrado por el Partido Socialdemócrata Laborista (católicos moderados). Para el Sinn Fein, brazo político del IRA, Mayhew es un enemigo de Irlanda. E incluso el Gobierno de Dublín contempla a Mayhew como una traba en las relaciones anglo-irlandesas. El nombramiento de Patrick Mayhew parece haber sido pactado hace semanas, cuando John Major suponía que le harían falta los votos unionistas para obtener la mayoría en el Parlamento.

Peter Brooke, el anterior ministro, dedicó todos sus esfuerzos a la pacificación por la vía de las negociaciones. Procuró acabar con la histórica desconfianza mutua entre la mayoría protestante y la minoría católica, y alcanzó el éxito de sentar a todos los partidos, menos el Sinn Fein, a una misma mesa.

Defensor de la guerra sucia

Patrick Mayhew, por el contrario, cree que la vía más rápida para acabar con el terrorismo es la policial. En 1988 provocó una enorme indignación en la República de Irlanda y en los medios católicos norirlandeses al defender públicamente la guerra sucia contra el IRA. Se le ha relacionado varias veces con los comandos terroristas protestantes. Mayhew cree que el terrorismo protestante no es necesariamente malo si consigue acabar con el IRA.Otra sorpresa del nuevo Gobierno de Major es la entrada de dos mujeres en el Gabinete, algo que no sucedía desde los Gobiernos del laborista Harold Wilson en los años sesenta. Virginia Bottomley, de 44 años, se ocupará de Sanidad, y Gillian Shephard, de 52, de la cartera de Empleo.

El rejuvenecimiento del Gabinete (cuya media de edad pasa de 56 a 52 años) se refleja en el nombramiento de Michael Portillo como secretario del Tesoro. Portillo, hijo de un exiliado político español, tiene sólo 38 años y es la gran estrella emergente del conservadurismo británico. Muchos ven en él al gran líder tory de la próxima generación. Los cuatro pesos pesados del Gobierno son Douglas Hurd (Exteriores) y Norman Lamont (Finanzas), que se mantienen en sus puestos, y Michael Heseltine (Industria, Comercio y Energía) y Kenneth Clarke (Interior), que pasan de carteras oscuras (Ambiente y Educación, respectivamente) a puestos de gran protagonismo.

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