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El Metro reparte guantes y mascarillas entre sus empleados y dispone el cierre de los bares

Muchos trabajadores del Metro realizan sus funciones desde ayer con guantes y mascarillas. Es una de las medidas adoptadas por la compañía tras 18 días de huelga de limpieza. Cerrar los bares, paralizar las obras subterráneas y hacer un llamamiento al ciudadano para que coopere, además de desratizar, completan la lista de iniciativas tomadas. En Alcorcón y Móstoles se han cerrado 58 colegios, lo que significa que más de 50.000 niños ya están de vacaciones. Las autoridades sanitarias no creen que la situación sea "alarmante", pero sí "preocupante".

Ni el Ayuntamiento ni la Comunidad de Madrid han detectado todavía ningún posible riesgo de contagio en ninguno de los edificios afectados por la huelga, especialmente Barajas, facultades universitarias, metro y colegios públicos del sur.El comité de seguridad e higiene del Metro, formado por representantes de la dirección y los trabajadores, ha pedido también que se impida la venta ambulante durante estos días y que se ofrezcan alternativas a los transeúntes que a diario duermen en algunas estaciones. El Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento no ha previsto ninguna medida excepcional en el caso de que los vagabundos tuvieran que ser desalojados del metropolitano por grave riesgo sanitario.

La delegación del Gobierno ha advertido que no utilicen el metro ni los ancianos ni las personas que sufran problemas respiratorios, informa Luis Fernando Durán.

Si el lunes la situación sigue igual, los sindicatos del Metro pedirán a la dirección "el cierre de algunos puestos de trabajo". Gran Vía, Callao, Moncloa o Argüelles son algunas de las estaciones más sucias. Según Valentín Álvarez, de UGT, "en ellas hay venta ambulante de fruta y duermen bastantes vagabundos, lo que lleva a una mayor acumulación de residuos". Javier Pérez, representante de CC OO, aseguró ayer que donde más ratas se ha visto ha sido en la línea 1 (Portazgo-Plaza de Castilla) y la 3 (Legazpi-Moncloa), informa Europa Press.

Medidas excepcionales

El delegado del Gobierno en Madrid, Segismundo Crespo, advirtió que si continúa la situación de deterioro en el metro está dispuesto a tomar medidas de carácter extraordinario, como las llevadas a cabo esta semana en el aeropuerto de Barajas.Mientras tanto, en el sur, ayer permanecieron cerrados 23 colegios públicos de Móstoles (190.000 habitantes) y 35 de Alcorcón (145.000 habitantes), informa Elisa Blanco. Sin embargo, en Fuenlabrada (140.000 habitantes), la mayoría de los centros abrieron sus puertas tras llegar los limpiadores y el Ayuntamiento al acuerdo de cumplir los servicios mínimos.

En Alcorcón, los colegios estuvieron abiertos hasta ayer, cuando el mismo Ayuntamiento recomendó su cierre. Los directores de los colegios manifestaron ayer su preocupación sobre la situación con la que se van a encontrar tras las vacaciones de Semana Santa, pero el Ayuntamiento se ha comprometido a desinfectar y desratizar las aulas durante esos días.

En un colegio elegido ayer al azar, el San José de Valderas, la tierra, la pelusa y el polvo eran el ambiente que respiraban alumnos y profesores. Tras sólo unos minutos se notaba un ligero escozor en la garganta y picor en los ojos. Los profesores del centro dijeron que, además de cumplirse los servicios mínimos, la situación se ha podido mantener gracias a la colaboración de los alumnos, que al final de la jornada lectiva vaciaban las papeleras en los cubos de basura.

En Móstoles, alumnos y profesores aseguran haber sufrido problemas respiratorios e infecciones en ojos y garganta.

Mientras tanto, el conflicto entre los trabajadores de la limpieza y la patronal del sector sigue en vía muerta. Ambas partes han estudiado la propuesta presentada ayer por el inspector de Trabajo, Eduardo Urgorri, que hace de mediador en el conflicto.

Rechazo patronal

Los sindicatos CC OO y UGT consideran que el texto de Urgorri "puede servir de base para seguir negociando", aunque también resaltan que hay algunos puntos difíciles de aceptar, como el compromiso de paz social entre las partes durante los tres años de vigencia del convenio. La patronal, sin embargo, rechazó de plano la propuesta de Urgorri porque "implica repercusiones económicas y de control del beneficio empresarial que acarrearía incluso algún cierre".El dictamen presentado por Urgorri propone, entre otras mejoras, una subida para los peones y limpiadoras de 7.000 pesetas mensuales sobre un sueldo bruto de 68.200 pesetas. El inspector de Trabajo ha propuesto un borrador de convenio con una vigencia de tres años que plantea una subida salarial para 1993 del IPC más dos puntos, y para 1994, también del IPC más dos puntos. En la última reunión mantenida por empresarios y sindicatos, la patronal mantuvo su oferta inicial de un incremento salarial del 7,4%. Los trabajadores, que en principio pedían 15.000 pesetas lineales de aumento, han rebajado sus pretensiones a 10.000.

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