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Paramilitares serbios atacan la zona fronteriza con Bosnia-Herzegovina

Las tropas paramilitares serbias, dirigidas por Zeljko Raznjatovic-Arkan, hombre de confianza del Ejército federal en la lucha por Vukovar, lanzaron ayer un ataque a Zvornik, ciudad fronteriza entre Serbia y Bosnia. Una persona murió y 10 resultaron heridas en luchas callejeras. Zvornik, como antes ocurriera en Bijeljina, fue marcada en el mapa étnico para pertenecer a la república serbia en Bosnia, cuyas fronteras están por decidir.

Mientras prosiguen los combates por la división territorial de Bosnia, la presidencia proclamó el miércoles por la noche el estado de peligro inminente de guerra, equivalente al estado de excepción, y asumió los poderes del Parlamento.En su primer decreto, dado a conocer ayer a la población de Bosnia, la presidencia afirma verse obligada a trabajar en las instituciones vitales del Estado para el funcionamiento de la república.

Asimismo, la presidencia musulmana-croata -los miembros del Partido Democrático Serbio (PDS) la abandonaron- asumió el mando de la defensa territorial, parte del sistema de la defensa, constitucionalmente a cargo del Ejército federal. Legitimando de esta manera las formaciones paramilitares croatas y musulmanas, ya que las serbias juraron su lealtad a la escindida república serbia en Bosnia, la presidencia reconoció de hecho la partición de Bosnia en dos Estados.

De todos modos, el presidente de la república multiétnica -44% musulmana, 39% serbia y 17% croata-, Alija Izetbegovic, dirigente del Partido de Acción Democrática (musulmán), nunca ha visitado las zonas de Bosnia donde se han producido los conflictos. Es decir, las regiones serbias y croatas escindidas políticamente de Sarajevo.

Izetbegovic se sentía más cómodo visitando Arabia Saudi, Libia o Bélgica. El reconocimiento internacional le llegó en el momento en que sus competencias estaban territorialmente reducidas.

La relativa calma en Sarajevo no es igual que en otras partes de Bosnia. En Mostar fue declarado el estado de emergencia. El Ejército federal encontró unos 20 cadáveres al entrar en Kupres.

Los comités de crisis monoétnicos surgieron en varias localidades de Bosnia donde los partidos nacionalistas infundieron el odio y el miedo entre las etnias.

La mayoría de las fábricas en Bosnia han dejado de funcionar debido a los efectos de la guerra. La circulación de mercancías es obstaculizada por barricadas en las carreteras y por los puntos de control a cargo de hombres con uniformes variopintos.

Las grandes ciudades carecen de alimentos y medicamentos. Un creciente número de vehículos sin matrícula, confiscados y robados a punta de pistola por los grupos paramilitares y criminales, circulan impunes por Sarajevo y otras ciudades, señal del caos y anarquía existentes.

El Comité por la Paz, formado por intelectuales de prestigio, ha hecho un llamamiento al diálogo.

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