Estalla la cuestión septentrional

"En Italia ha estallado la cuestión septentrional", comentaban en la sede de la Liga del Norte de Milán cuando los canales de televisión iban desgranando el lunes los resultados de las urnas y confirmaban como auténtico vencedor norteño al movimiento encabezado por Umberto Bossi, que, con el 17,3% de los votos, se convierte en la segunda fuerza política, tras la Democracia Cristiana (DC).Hasta ahora, en el país transalpino sólo se había hablado de la "cuestión meridional", es decir, del problema del sur, subdesarrollado y esquilmado por la criminalidad organizada.

La Liga del Norte, con su propuesta federalista y de contestación al sistema, ha trastocado el reparto de poder existente en la zona septentrional italiana. Bossi llevará a Roma más de 80 diputados y senadores, pero el revolcón sufrido por las grandes formaciones italianas pone patas arriba el equilibrio difícil, y frágil, que sustenta las coaliciones de gobierno regionales y municipales. De entrada, Bossi ha planteado la necesidad de revisarlas todas.

La Liga del Norte es la primera fomación política en Milán y casi queda en cabeza en Lombardía -el primado se lo arrebató la Democracia Cristiana por menos de dos puntos-, superando en ambos casos el 20% de los sufragios. Es la primera también en ciudades como Mantua y ha cosechado su récord en Verese, cuna de la Liga y patria chica de Bossi, donde logra el 29,5% de los sufragios. Consigue además penetrar en la zona roja de Italia, Emilia, en cuya capital y primera ciudad comunista italiana, Bolonia, ha superado el 9%.

Bossi logró tambien un éxito personal en la capital lombarda al obtener el mayor número de preferncias en las votaciones, triplicando las conseguidas por el líder socialsita Craxi y la presidenta de la Cámara de Diputados, Nilde Jotti, (Partido Democrático de la Izquierda, PDS ex comunista).

¿De dónde le ha venido el caudal de votos a la Liga? Según las proyecciones del Instituto Doxa, casi la cuarta parte procede de la DC, el 19% de los ex comunistas, el 11,2% de los socialistas y sólo el 5% de los neofascistas. El votó joven es también altamente responsable de la avalancha liguista: el 48% de sus votantes tienen entre los 18 y los 34 años.

La DC y los ex comunistas (PDS) han sufrido en el reino de Bossi sus retrocesos más elevados. Los democristianos (24%) han perdido un 8% (la media nacional ha sido una baja del 4,6%). EL PDS, heredero legal del histórico Partido Comunista Italiano (PCI), pierde casi el 11%, porcentaje que se reduce al 5,3% si se contabilizan a los hijos pródigos que se negaron a afiliarse en el PDS y se organizaron en Refundación Comunista. El PDS ha cosechado el 15,2%, y Refundación, el 5,4%

Los socialistas (11,9%) han sufrido tambien en el norte sus peores resultados, con un retroceso del 2,8%. Especialmente dolorosa ha resultado para Bettino Craxi la lección que le ha dado Milán, a pesar de que jugaba en casa: ha perdido el 5,5% de su capital electoral.