El 77% cree que existe corrupción

La atmósfera negativa de opinión que se acaba de describir está íntimamente ligada a la preocupación con situaciones de corrupción que, de manera recurrente, salen a la luz pública. La visión general que la mayoría de los ciudadanos tiene del problema puede resumirse en los siguientes términos: casi todo el mundo cree que estamos ante un problema real y no ante una exageración a partir de unos pocos casos. Es la opinión del 77% de los ciudadanos.Correlativamente con lo anterior, el 85% cree que en nuestra vida pública hay mucha o bastante corrupción. Por otra parte, son más (47%) los que creen que ahora hay más corrupción que hace 10 años, cuando gobernaba UCD, que aquellos que sostienen que hay igual (34%) o menos (8%). En cambio, sólo uno de cada cinco españoles considera que aquí hay más corrupción que* en el resto de los países de la CE: 22%. La mayoría cree que hay la misma (38%) o no expresan una opinión al respecto (33%).

Es mayoritaria la opinión de que la corrupción se da por igual en todos los partidos: 62%; pero uno de cada cuatro ciudadanos piensa que se da en unos partidos más que en otros (27%). Quienes opinan esto último señalan con mucha mayor frecuencia al PSOE (62%) que al PP (20%) y sólo mínimamente a otros partidos como IU (3%), CiU (3%) o PNV (3%).

Esta visión negativa de las cosas, por lo que a corrupción se refiere, excede la esfera estricta de la política, ampliándose a otros sectores de la sociedad. Uno de cada dos ciudadanos piensa que la corrupción no es exclusiva de la vida política.

Cuando espontáneamente se suscitan o aducen casos de corrupción, la mayor frecuencia corresponde a situaciones ligadas a la política: el caso Guerra aparece mencionado, en primer lugar, por uno de cada cinco ciudadanos. Sin embargo, se habla también, aunque con frecuencia menor, de drogas, delincuencia, gestión empresarial o financiera, etcétera.

El estado de opinión que se acaba de describir es mayoritario entre los votantes de todos los partidos, pero tiende a ser algo menos crítico en el electorado socialista, como puede verse en los cuadros adjuntos.

A la hora de imaginar remedios contra la corrupción, la inmensa mayoría de los ciudadanos piensa que las autoridades podrían hacer más de lo que hacen, tanto el poder ejecutivo como el legislativo y el judicial Más del 80% apoya esta opinión Haría falta más interés por parte de los políticos (70%) y leyes que la castiguen adecuadamente (71 %). La mayoría quiere ser optimista y pensar que la situación tiene arreglo (61%), aunque casi uno de cada tres ciudadanos considera que la corrupción es prácticamente inevitable (31%). Sin embargo, tan abrumadoras mayorías descriptivas de estados masivos de ánimo reflejan con frecuencia escepticismo y sentido de impotencia más que corrientes articuladas y efectivas de opinión política.

De aquí la ambivalencia con que es juzgada la clase política. Por un lado, se les critica como egoístas y alejados de las preocupaciones de la gente: casi el 70% piensa así. Por otro, la opinión sobre su grado de preparación técnica no es tan negativa: el 41% opina que no están preparados, frente al 22% que cree que no. Sobre la honestidad de la clase política la opinión se divide: un 35% cree que la mayoría son honestos y un 31% opina lo contrario. Se les critica, pero como se les necesita, se supone que son ellos los que deben mejorarse a sí mismos. El público español sujeto de opinión política es así más dado a pensar en soluciones totales que inclinado a creer en vías concretas de exigencia de responsabilidades parciales.