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El polvo y los papeles llenan los rincones del aeropuerto

Una manta de polvo y papeles cubre ya las esquinas del aeropuerto de Barajas, ante la mirada atónita de muchos viajeros, sobre todo los extranjeros. Los empleados de limpieza de edificios públicos -unos 23.000 en Madrid- llevan siete días en huelga, convocada con carácter indefinido en reivindicación de mejoras laborales. La mugre también se sigue acumulando en el metro, y afecta menos a los hospitales (donde se cumplen los servicios mínimos). El Congreso de los Diputados y el palacio de la Moncloa no están afectados por la huelga debido a que se ha enviado allí a los trabajadores que no la secundan.El portavoz del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, exigió ayer al Ejecutivo regional que "medie de forma inmediata en el conflicto".

El casi inexistente diálogo entre la patronal y los trabajadores puede romperse hoy, después de que ambas partes aceptasen ayer la mediación de la Dirección Provincial de Trabajo, según informó Europa Press. Unos 400 trabajadores se concentraron ayer por la tarde ante la sede de este organismo y una representación de los mismos conversó con la directora Provincial de Trabajo, Encarnación Cazorla, que también escuchó a representantes de la patronal.

Una subida salarial lineal de 15.000 pesetas sobre las 65.000 de media mensuales que ganan ahora los empleados es el principal obstáculo que separa a las partes. Los empresarios ofrecen una subida de 4.500 pesetas.

Algunas empleadas del servicio de información de Barajas usan mascarillas para refugiarse del polvo y malos olores, y en esa tesitura atienden a los usuarios. Los accesos siguen cerrados para los visitantes que acuden al aeropuerto a recibir o despedir a los viajeros. Fuentes de Barajas reconocieron que la suciedad repercute muy negativamente en la imagen del aeropuerto, aunque recordaron que su dirección es ajena al conflicto.

Los servicios mínimos fijados por la delegación del Gobierno -un 40%- se están cumpliendo en parte. Sólo afectan a los pocos aseos abiertos y a la recogida de materias orgánicas y envases. También se vacían las papeleras.

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