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Fernández Teixidó ratifica su dimisión al no recibir apoyo de los críticos del CDS

Anabel Díez

Antoni Fernández Teixidó hizo anoche efectiva su dimisión irrevocable de la secretaria general del CDS, al considerar que la actitud de los dirigentes críticos del partido, perdedores del congreso del pasado mes de septiembre, dificultaría la unidad que requiere esta formación en crisis para afrontar las elecciones legislativas. Fernández Teixidó no consideró suficiente recibir el apoyo de 20 de los 30 miembros que ayer estaban presentes en el comité nacional para votar si se aceptaba o no su dimisión. Tres votaron a favor de esta dimisión, uno se abstuvo y cuatro votaron en blanco. Él mismo y el presidente, Rafael Calvo Ortega, no votaron.

A partir de ahora, este mismo comité nacional convocará la asamblea nacional de la que debe salir un nuevo secretario general. Este desenlace favorece los planes del portavoz del grupo parlamentario, José Ramón Caso, y de otros dirigentes llamados suaristas, que ven la ocasión de dar un giro a los resultados del último congreso que les despojó del poder.Fernández Teixidó se ha mantenido en el cargo de secretario general exactamente seis meses, y su dimisión, realizada con llamamientos "a la unidad" y deseando "Iarga vida al CDS", pone de manifiesto, según sus seguidores, que no ha conseguido apoyo del sector perdedor.

Por un lado, el antiguo aparato no se ha resignado a ese resultado sorprendente, mientras que otro grupo cuestiona a menudo la propia "viabilidad del proyecto". Con estos elementos, Fernández Teixidó ha considerado que quizá otra persona pueda concitar "la unidad necesaria". No obstante, permanecerá en el comité ejecutivo nacional y como diputado en las Cortes.

Todos los intentos de sus partidarios y de otros que no estuvieron en su lista, sino que eran seguidores del ex presidente Adolfo Suárez, tales como Raúl Morodo y Alberto Dorrego, de que desistiera de presentar su dimisión resultaron ayer inútiles.

Tenso debate

En una jornada que se prolongó hasta las 11 de la noche, se registró un duro debate, tenso en muchos casos, en el que José Ramón Caso pidió con claridad al todavía secretario general que dimitiera. En la misma línea se manifestaron el dirigente extremeño Tomás Martín Tamayo y el diputado Rafael Arias Salgado.Los argumentos mayoritarios esgrimidos en contra no fueron suficientes para Fernández Teixidó, ya que su objetivo era el de la unidad. Los votos en blanco correspondieron precisamente a las personas que más claramente pedían su dimisión, y esa votación se justifica por el hecho de que querían llevar el asunto de la dimisión a la asamblea nacional, donde los críticos son mayoritarios por un estrecho margen. Esta hipótesis fue radicalmente rechazada por el dimitido secretario general, ya que, si su objetivo era conseguir la unidad, todo lo contrario se conseguiría si se produjera una votación que dividiera al partido.

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Este episodio es un jalón más en la tormentosa vida del CDS, que desde 1989 ha registrado pérdidas electorales más que estimables y que llevaron a la dimisión de su fundador, Adolfo Suárez, en mayo pasado, tras las elecciones municipales y autonómicas. Los perdedores del congreso manifiestan desde hace semanas que "el partido está peor que nunca", criterio que contrasta obviamente con el actual equipo dirigente, que sostiene que nunca ha habido tanto debate interna y tanta coordinación.

Aunque Fernández Teixidó planteó su intención de poner su cargo a disposición del comité ejecutivo de ayer a causa de la derrota en las elecciones catalanas, en las que perdieron sus tres representantes, lo cierto es que esta motivación es meramente formal. Fernández Teixidó aprovechó dicha derrota para, con el anuncio de su dimisión, destapar las intenciones del sector crítico. Siempre según la versión del dimitido, desde hace tiempo estaba en marcha una operación para sustituirle, nombrar a un secretario general poco conflictivo y reorientar el partido con el protagonismo de José Ramón Caso y el presidente Calvo Ortega.

Caso, al terminar ayer la reunión, señaló que esta dimisión era "una decisión personal" y, como portavoz parlamentario, quiso dirigirse "a la opinión pública" para anunciar que "el CDS seguirá trabajando".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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