Los careos agudizan las contradicciones entre los implicados en el sumario del fraude del IVA
Los careos celebrados ayer en el Juzgado de Delitos Monetarios entre Miguel Escudero y otros dos de los principales implicados en el sumario del fraude del IVA, Carlos de Juan Villa y Salvador Marín, agudizaron las contradicciones entre ellos y concluyeron sin acuerdo. Tanto Marín como De Juan profundizaron en las acusaciones que ya en declaraciones anteriores formularon contra Escudero, quien se limitó a negar las imputaciones con mucha arrogancia, según distintos letrados que presenciaron los careos.
Salvador Marín y Carlos de Juan, por separado, acusaron ayer a Escudero de ser el inspirador de la red de emisión de facturas falsas. Desde 1987, Marín, subordinado de Escudero, había pedido a De Juan que dispusiera de cuatro o cinco empresas para emitir facturas pues Sodeco -la empresa buque-insignia de Escudero- ya estaba quemada para esa actividad.De Juan y Marín afirmaron que mantuvieron reuniones periódicas con Escudero en la sede de Sodeco para tratar el asunto de las facturas falsas y de las inmobiliarias. De Juan precisé incluso que tanto él como Escudero llevaban una contabilidad oficiosa sobre las operaciones realizadas cada mes y los beneficios obtenidos con ellas.
Escudero simplemente negó estos extremos que reputó como "absolutamente falsos". El presunto cerebro del fraude del IVA dijo que las reuniones no existieron y que las facturas emitidas a nombre de Sodeco eran reales.
De Juan, sin embargo, explicó que Marín era quien le encargaba las facturas por orden de Escudero, y que cuando aquél no estaba, era el propio Escudero quien lo hacía. Agregó que antes de conocer a Salvador Marín y Escudero nunca había emitido facturas falsas.
La comisión por realizar esas facturas se las pagaba Escudero mediante letras que libraba Cemsa (Consorcio Eléctrico Madrileño, implicada en la venta de terrenos a Renfe y cuyo titular era De Juan) contra Sodeco por importe global de unos 200 millones de pesetas o una cifra superior. De Juan aportó al juzgado fotocopias de algunas de las letras cobradas como comisión. Escudero volvió a negar este extremo, aunque admitió haber firmado letras por unos 35 o 40 millones en concepto de sueldos y participaciones de Marín.
Respecto a la intermediación en operaciones inmobiliarias, Escudero rechazó su existencia y declaró que no conocía ni a Equidesa, ni a Ginés y Navarro, ni a la ONCE ni a Sanco. De Juan ratificó ese detalle y dijo que no conocía tampoco a los intermediarios, porque él no participaba directamente en las operaciones.
De Juan añadió el siguiente detalle sobre las actuaciones de Escudero: "Siempre se mantenía al margen, pero cuando el comprador pagaba el precio del inmueble adquirido, lo hacía mediante talones nominativos a favor de la sociedad interpuesta, talones que recogíamos Salvador Marín o yo y parte de ellos se entrega a Escudero, bien endosándoselos, bien después de ser cambiados por cheques bancarios al portador". El 90% de las veces los talones los entregaba Marín, pero el resto de las ocasiones lo hacía el propio De Juan.
Escudero lo niega todo
Escudero manifestó que en ninguna ocasión le entregaron talón alguno Marín o De Juan, y añadió que éste último sólo estuvo dos o tres veces en la sede de Sodeco en los últimos cuatro años.De Juan, por el contrario, afirmó haber acudido unas 40 veces a la citada sede para preparar las operaciones inmobiliarias que al día siguiente iban a realizarse en la notaría del señor Clavero en las compraventas a Equidesa, o a otras notarías en otras operaciones. Las reuniones, según De Juan, siempre se hacían al día previo al de acudir a la notaría. Escudero ratificó que no ha participado en operaciones inmobiliarias irregulares.
Marín, mientras, dijo que el jefe era Escudero y que su papel se limitó a ser un mero portador de sobres de contenido documental variado, pero que no participó en los beneficios.
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