Un Jumbo de Iberia frena en pleno despegue al fallar uno de sus motores
El Boeing 747 Calderón de la Barca, de Iberia, aceleraba por la pista de despegue de Barajas. El reloj marcaba las 2.15 y el vídeo explicaba a los 166 pasajeros del vuelo 983, con destino a Buenos Aires, qué hacer en caso de emergencia. Los viajeros no tardaron en saber lo que era eso: notaron dos golpes secos. Algunos, los que se sentaban en el lado izquierdo, vieron un fogonazo en un motor. Al momento, el avión frenó bruscamente y se detuvo al final de la pista. El comandante frustró el despegue por un fallo del motor 1: según los testigos, un incendio. El pasaje salió apresuradamente por las rampas de emergencia. Por ello, dos mujeres se fracturaron una vértebra y ocho personas más sufrieron contusiones.
Fernando Pardogómez, médico de Lugo, y su esposa, María, ya pensaban en sus 13 días de vacaciones en Argentina junto a tres amigos. María vio un fogonazo por la ventanilla cuando el avión corría por la pista. "Oí un ruido muy fuerte, y luego vino el frenazo". La megafonía no funcionó y las azafatas dijeron: "Tranquilos, es un despegue abortado". Las salidas de emergencia se abrieron y, con ellas, las rampas. La siguiente orden fue: "Dejen su equipaje de mano y salgan rápidamente". "Fue una confusión. Primero, que si debíamos salir por delante; luego, que por detrás".María se tiró por la rampa de lona, entre el tropel de pasajeros, unos 130, que evacuaron así el aparato. El resto salió por las escaleras. "Aterricé en el cemento y me raspé", dice la mujer. No tuvo tanta suerte una amiga de su grupo, María Teresa de Diego, de unos 60 años, que se fracturó una vértebra dorsal. "Se le cayeron los demás pasajeros encima", comentaba su amiga María. Otra mujer de su misma edad, Irene Rovera, sufrió la misma lesión. No fueron las únicas heridas: Antonio Suárez, un zapatero gallego que emigró a Argentina hace 44 años, tomó tierra. sobre su hombro izquierdo y ayer llevaba el brazo en cabestrillo. Siete pasajeros más sufrieron contusiones por la evacuación.
El personal de Iberia ayudó a algunos a caer en el cemento. A otros, como a María Teresa o José, no. "Eso es que están mal organizados", se quejaba María, dolorida por el golpe.
Neumáticos destrozados
Una vez abajo, los pasajeros vieron ya a los bomberos lanzando mucha espuma sobre el aparato, que tenía los neumáticos delanteros destrozados. No vieron fuego. El avión estaba justo al final de la pista y la gente salió corriendo campo a través. Su agitada noche acabó sobre las 5.30, tres horas después de la maniobra fallida, cuando todos los pasajeros fueron repartidos por hoteles cercanos al aeropuerto.
Las dos mujeres heridas más severamente fueron trasladadas al Ramón y Cajal. María Teresa de Diego sufría una fractura de la 12ª vértebra dorsal, y los médicos estudiaban su estado ayer tarde para descartar un problema abdominal. Irene sufría una lesión similar. El resto de los viajeros lesionados fue atendido en el aeropuerto. "El piloto fue admirable", comentaba una pasajera alojada en el hotel Barajas, "se portó como un héroe. Nosotros hemos vuelto a nacer". Un viajero de Israel incluso redactaba una carta de felicitación al comandante Alcázar. Los grupitos de pasajeros se movían por la entrada del hotel ayer por la mañana en espera de volar a Buenos Aires a las cuatro de la tarde. El vuelo de Iberia 983 despegó por fin a las 16.15.
"Un chaqueta roja de Iberia nos dijo que el avión, el Calderón de la Barca, ya no volvería a volar, tiene 20 años", aseguraba ayer una pasajera, "y eso es una vergüenza, que no se invierta en aviación civil". Fuentes de Iberia aseguran que la aeronave, uno de los siete jumbos que tiene la compañía, ha cumplido 19 años y fue desmontado y revisado a fondo en junio de 1991. Añadieron que el motor que falló, el número 1, se instaló el pasado mes de agosto. "De esas revisiones la nave sale como nueva", comentó un portavoz de Iberia.
Según fuentes del aeropuerto de Barajas, el avión recorrió unos 2.700 metros de la pista 0119 antes de frenar, casi las tres cuartas partes de la longitud total, 3.700 metros. La nave aceleraba para alcanzar los 300 kilómetros por hora y levantar el morro. La maniobra de detención le llevó, según los primeros datos, un kilómetro más, para detenerse justo al final del asfalto. La pista quedó cerrada y no fue abierta hasta las doce de la mañana de ayer, lo que ocasionó retrasos medios de 30 minutos en el 38% de los 329 vuelos programados hasta la una de la tarde.
Otro jumbo de Iberia frustró su despegue en Barajas el 23 de diciembre pasado por el fallo de un indicador. El incidente afectó a los jugadores del Atlético de Madrid, que volaban desde Brujas.
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