La protesta de los estudiantes provoca una crisis en el Gobierno portugués

El primer ministro portugués, Aníbal Cavaco Silva, aprovechó la crisis abierta en el Ministerio de Enseñanza para proceder al primer reajuste del Gobierno salido de las elecciones legislativas de octubre pasado. Presionado por la huelga de estudiantes, el ministro de Enseñanza, Diamantino Durán, presentó su dimisión.Cavaco Silva consiguió sorprender a sus adversarios políticos por la rapidez con que procedió al reajuste del Gabinete. Los partidos de la oposición portuguesa están aún en fase de reorganización tras la derrota sufrida en las legislativas de octubre pasado.

El Partido Socialista (PS) cambió de dirección el mes pasado; Antonio Guterres se convirtió en el nuevo secretario general en sustitución de Jorge Sampaio; y en el partido comunista ya se ha anunciado la retirada de su histórico secretario general, Álvaro Cunhal, prevista para el próximo congreso, a finales de este año.

Nombrado ministro de Enseñanza hace cuatro meses, Diamantino Durán era considerado en los medios universitarios como un técnico con ideas originales y ambiciosas en materia de reformas del sistema educativo, pero no tuvo tiempo de llevar a la práctica sus proyectos. Por "falta de capacidad política" fue despedido tan sólo 138 días después de su nombramiento.

El motivo inmediato del cese del ministro de Enseñanza ha sido la huelga general de los estudiantes contra la prueba de selectividad para el acceso a la Universidad y contra el aumento del precio de las matrículas, así como la agitación entre profesores y maestros por reivindicaciones salariales y de carrera.

En sustitución de Durán, el primer ministro nombró a un experimentado político, Antonio Couto dos Santos, de 42 años y miembro del Gobierno desde 1983.

Couto dos Santos desempeñó anteriormente los cargos de ministro de Juventud y de Relaciones con el Parlamento, cartera en la que le ha sustituido Luis Marques Mendes, de 34 años y hasta ahora secretario de Estado de la Presidencia y portavoz del Gobierno.

Diamantino Durán era "inocente" en relación a las medidas que provocaron la ira de alumnos y profesores, y se mostraba dispuesto al diálogo para resolver los conflictos abiertos por su antecesor.