Una bomba casera, en la Junta Electoral de Sabadell, único incidente de la jornada

La apacible jornada electoral estuvo punteada por sucesos anecdóticos. Poco daño causó la explosión en la madrugada de ayer de un artefacto de fabricación casera en el edificio de los juzgados de Sabadell, donde se instaló la Junta Electoral. Unos 1.000 vecinos del barrio de Can Serra, de L'Hospitaldt de Llobregat, se dirigieron ayer a votar en manifestación hasta el colegio público La Carpa, en protesta por la existencia de un salón recreativo en la vecindad que, según manifestaron, ha hecho crecer notablemente la delincuencia y el tráfico de droga. Los manifestantes llegaron a mediodía al colegio electoral, donde se produjo una gran confusión al entrar todos juntos en la sala habilitada para las votaciones.El barrio barcelonés de Grácia amaneció cubierto de carteles que pedían el voto para un antropoide: Copito de Nieve, el gorila albino. En los carteles, con un primer plano del antropoide, figuraba el lema El futuro presidente de la Generalitat".

El artefacto explosivo de fabricación casera estalló en la puerta del edificio de los juzgados de Sabadell a las 5.30 de ayer y causó daños materiales. Pese a ello, la Junta Electoral, que se reúne en ese edificio, trabajó sin incidentes. Según informaron fuentes policiales, el artefacto estaba compuesto de una. bombona grande de cámping gas, un producto explosivo y un temporizador electrónico alimentado por pilas blindadas. Una bomba qué, en definitiva, lleva el sello del sector de Terra Lliure que se opuso a la autodisolución de la organización terrorista.

Todos los partidos de Sabadell condenaron el atentado. Un candidato de ERC calificó la acción terrorista con estas palabras: "Desde el punto de vista independentista, es una actuación estéril y sin sentido".

En Barcelona, los bomberos cubrieron una pancarta en la que se solicitaba el voto para Pujol que había sido instalada días atrás junto a la puerta del colegio electoral situado en el número 162 del paseo de Sant Joan. La pancarta fue tapada a instancias de la candidata del CDS, Teresa Sandoval, que votaba en dicho colegio.

En varios colegios electorales del distrito barcelonés de Sarriá las actas de. escrutinio correspondían a la circunscripción de Gerona; al descubrirse el error, fueron sustituidas por las correctas. Minusválidos y ancianos tuvieron problemas en algunos colegios barceloneses que presentaban un difícil acceso a causa de sus barreras arquitectónicas.

En L'Hospitalet, una enferma mental de 27 años llamada Ana, que se había escapado del hospital psiquiátrico de Sant Boi, se dirigió al colegio Rubió i Ors, según dijo, a buscar a su novio, Ricardo, a quien confundió con el vocal de una mesa elctoral.También en L´Hospitalet votó un anciano de 101 años. En Badalona la anécdota más destacada ocurrió en un colegio en el que los suplentes reclamaron las dietas. Las elecciones catalanas son las primeras en las que no se han repartido menús, sino dietas, entre los integrantes de las mesas electorales. Estaba estipulado que las 21.738 personas, entre presidentes y vocales, que componían las 7.246 mesas percibieran 1.020 pesetas. En otro colegio de Badalona, los integrantes de una mesa solicitaron permiso para tener un televisor, lo cual les fue concedido.

El incidente más importante en Lérida se registró en la mesa electoral instalada en el edificio de la Diputación Provincial donde tuvieron que anularse las primeras votaciones porque una mujer mayor que no estaba inscrita en el censo introdujo su papeleta en la urna.

En un colegio electoral del sector sur de Sabadell un interventor del PP llegó en un lujoso mercedes y, temiendo que el vehículo sufriera desperfectos, intentó introducirlo en el patio de la escuela, lo cual originó una discusión. Finalmente, el mercedes fue aparcado en la calle.

Legionarios romanos, fariseos y apóstoles acudieron a votar en Esparreguera y en Olesa de Montserrat (Barcelona). Eran los actores de la tradicional Pasión que se celebra en ambas localidades. En Olesa, un romano fue conminado a dejar su espada reglamentaria a la entrada.

En Gerona, un elector de 103 años, que en noviembre cumplirá 104, Carles Batlle Encesa, fue a votar por su propio pie.