El Gobierno japonés aprueba un paquete de medidas para reactivar la economía
El Gobierno japonés ha reconocido el preocupante debilitamiento de la economía nacional y ha aprobado, por primera vez en cinco años, un paquete de cinco medidas para estimular unos indicadores que descienden en muchos sectores. Grandes corporaciones del sector electrónico como Sony, que preside Akio Morita, Hitachi o Toshiha sufren pérdidas cuantiosas o abandonan planes de expansión ante la atonía de los mercados.
El último informe de la Agencia de Planificación Económica, que destaca generalmente los aspectos más optimistas del periodo analizado, señala un retroceso.El mundo empresarial, acostumbrado a cuentas de resultados generosas y a expansiones ininterrumpidas, observa perplejo la nueva situación y teme un futuro inmediato sombrío. La situación, sin embargo, no alcanza la gravedad de la recesión norteamericana, y varios comentaristas coinciden en destacar que la economía nipona puede encajar sin graves problemas este parón al disponer de un amplio margen de maniobra. "No es lógico pensar que dos años de deflación puedan acabar con 45 años de gran potencia competitiva", subraya Paul Summerville, jefe del equipo de economistas de la firma de valores Jardine Flemming.El Banco de Japón, contrariamente a la opinión de portavoces del Ejecutivo, considera este estancamiento como "una etapa de ajuste encaminada a lograr un crecimiento sostenido sin inflación" y resiste las presiones dirigidas a conseguir un nuevo recorte en el tipo de descuento oficial, situado en 4,5 puntos. Muchos economistas, sin embargo, esperan que esta medida sea tomada en breve plazo, teniendo en cuenta que la estabilidad de los precios y el fuerte descenso en la cotización de la tierra alejan el temor de que una fácil liquidez lleve a una peligrosa especulación. En el otro extremo, Nikkei, la publicación más respetada en el mundo de las finanzas, advertía esta semana en un editorial que los hechos son más graves. "Reconozcamos el problema. Estamos ante una recesión". Los datos demuestran, por otra parte, que los tiempos en que el poderoso yen y los bajos tipos provocaron un boom en los mercados de valores y en el valor de los bienes inmuebles quedaron atrás. La prosperidad económica japonesa no es eterna, aunque disponga de las vitaminas necesarias para ser longeva. Otro ejemplo de la actual coyuntura es el gran número de créditos impagados: los 11 principales bancos japoneses han calculado en 20.000 millones de dólares el total de préstamos cuyos titulares, principalmente firmas inmobiliarias, no cumplen con el servicio de la deuda desde hace seis meses. También crece la relación de empresas que se declaran insolventes.
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