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"Sadam Husein prepara una ofensiva en gran escala contra la resistencia"

El principal dirigente de la oposición iraquí denunció ayer que "Sadam Husein se apresta a lanzar una ofensiva en gran escala contra fuerzas de la resistencia atrincheradas en el sur de Irak". El ayatolá Mohamed Baqer al Hakim, jefe de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), declaró a este periódico que Bagdad ha movilizado miles de tropas para lo que definió como un ataque inminente.Ayer era imposible verificar esta información, pero algo que emergió con claridad es que los enemigos de Sadam están dispuestos a pactar con el diablo con tal de ver el fin del régimen.

Resulta un tanto irónico que un año después de la derrota iraquí a manos de las fuerzas aliadas capitaneadas por Washington este fornido ayatolá shií de barba y turbante negro haya heredado la misión del general Norman Schwarzkpoff. Sentado sobre cojines en su modesto despacho en el centro de Teherán, al Hakim no es siquiera un pálido reflejo de Stormin Norman, pero su trabajo es cada día más parecido: planear la destrucción del régimen de Bagdad. Al igual que los norteamericanos, al Hakim ha recurrido a la monarquía de Arabia Saudí para su campaña, que últimamente parece tener más ímpetu en el exterior que entre los shiíes de Irak.

Tras una serie de reuniones con el rey Falid y sus ministros, al Hakini regresó a Teherán la semana pasada convencido de que la rebelión popular pondrá fin a una de las dictaduras más oprobiosas de la historia. Al Hakini niega haber tenido contactos con diplomáticos norteamericanos que poco antes de su llegada a Riad habían despedido a Robert Gates, el nuevo jefe de la CIA, en su primera gira por Oriente Próximo.

Quizá porque buena parte de la confabulación de al Hakim se desarrolla en el ámbito de la propaganda, sus planes tienen un particular timbre de simplicidad: el alzamiento de los kurdos en el norte y de los shiíes en el sur provocará defecciones en masa en el Ejército y no habrá quien defienda a Sadam. Es nada menos que la tesis que los norteamericanos defendían inmediatamente después de la derrota iraquí de hace un año y que, de no haber defraudado Washington a los rebeldes a los que había incitado con promesas de ayuda, hubiera podido dar resultados concretos en vez de la matanza de shiíes y kurdos.

Según al Hakim, esta vez será el propio Sadam quien indirectamente encienda la mecha del nuevo levantamiento en el sur. "El Ejército se apresta a lanzar una gran ofensiva contra la resistencia en el triángulo Basora-Amara-Nasiriya. Lamentablemente, será el inicio de un conflicto sangriento, pero al final triunfaremos", dijo el dirigente opositor.

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Operación en marcha

La ofensiva, añadió, fue planeada el 27 de febrero pasado en reuniones que Sadam sostuvo con su estado mayor y algunas de sus fases ya están en marcha. Según al Hakim, la quinta, sexta y séptima divisiones de la Guardia Republicana ya han tendido un cerco en torno al triángulo, dentro del cual vive medio millón de personas. El cuarto Ejército iraquí, dijo, ya ha terminado de construir fortificaciones y nuevas rutas de abastecimiento para lo que se perfila como un largo asedio de los shiíes, muchos de los cuales viven refugiados en los pantanos del valle del Éufrates."El Ejército de Sadam va a atacar en cualquier momento", aseguró al Hakim blandiendo un fax que, supuestamente, había llegado pocas horas antes de la entrevista. Según el dirigente, cuyo despacho está adornado con retratos de 22 de sus familiares asesinados por agentes iraquíes desde 1983, su plan para derrocar a Sadam tiene pleno respaldo de Arabia Saudí pero no ha sido presentado a los norteamericanos.

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