Siete heridos en un duro enfrentamiento de la Ertzaintza con trabajadores de Acenor
Siete trabajadores de la planta de Acenor de Llodio heridos, uno de ellos grave, y varios policías autónomos contusionados es el resultado de los más graves incidentes ocurridos en esta localidad alavesa desde el anuncio del plan de reconversión del grupo público Sidenor, que prevé el cierre de dos plantas en el País Vasco y la reducción de empleo en 1.800 operarios. La batalla comenzó 24 horas antes de la cumbre industrial que los Gobiernos central y vasco celebrarán en Madrid.
Durante toda la jornada de ayer los trabajadores de Aceros del Norte, Acenor, mostraron su desacuerdo con el plan de reestructuración que prevé el despido de 1.800 empleados. A los enfrentamientos de Llodio se sumaron los trabajadores de la planta de Hernani que se manifestaron por varias localidades; los de Larrondo con cortes de tráfico y concentraciones en el aeropuerto de Sondica, en Bilbao; y los de la planta de Basauri que también cortaron el tráfico en el puente de Malmasín, en la autovía del cinturón de Bilbao.Las protestas laborales se produjeron en la antesala de la reunión que hoy celebran representantes del Gobierno central y vasco. Los ministros de Economía, Carlos Solchaga, e Industria, Claudio Aranzadi, con sus homólogos del Gobierno autónomo estudiarán la situación del sector de aceros especiales y de Altos Hornos de Vizcaya, empresa en la que podrían perderse 3.000 empleos.
Durante la protesta de ayer, los alcaldes del valle de Ayala, en el que se encuentra la localidad de Llodio permanecían reunidos estudiando la huelga general convocada para mañana, debido a la situación industrial límite que están viviendo. Esta huelga coincidirá con el paro general convocado en Cantabria, también para pedir la reindustrialización.
Los enfrentamientos en Llodio, en ocasiones cuerpo a cuerpo, comenzaron a las nueve de la mañana cuando los trabajadores intentaron cortar la vía férrea, y la carretera nacional 625. El presidente del comité de empresa, Txebi Alvarado declaró ayer que "en la Ertzaintza hay agentes que tienen instintos asesinos".
Los trabajadores protegieron la entrada a la planta con barricadas incendiadas, y desde el interior de la fábrica seis empleados con los rostros tapados lanzaron piedras y bolas de rodamiento con tiragomas. Uno de ellos portaba un lanzacohetes construido con varios tubos y mirilla que conseguía lanzar los proyectiles a unos trescientos metros. Lucas Arillo, de 54 años, fue trasladado inconsciente al Hospital de Basurto en Bilbao, cuando se acercó junto a otros trabajadores a uno de los furgones policiales para rescatar a un joven detenido.
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