Los molinos de Don Quijote

Ya ha finalizado la serie El Quijote de Manuel Gutiérrez Aragón, que ha conseguido una excelente crítica y galardones; una serie que sin duda habrá dejado a buena parte de los españoles un buen recuerdo en la memoria. Sin embargo, a todos nos ha dejado algo más que esto, pues para el rodaje de la escena de los molinos, en la localidad manchega de Alcázar de San Juan, en vista de que los molinos existentes no satisfacían en número las exigencias del rodaje se decidieron a levantar algunos más con una estructura de madera, recubierta de escayola y menor tamaño, para jugar adecuadamente con la perspectiva y engañar al ojo. Y no sólo esas birrias siguen hoy semiderruidas allí, dañando y engañando a los viajeros que por allí pasan, sino que los auténticos molinos fueron recubiertos por una gruesa capa de escayola y alambre que hoy cuelga por partes espantosamente, produciendo y contribuyendo a una verdadera sensación de deterioro. Desconozco quiénes son los propietarios responsables de haber permitido ese atentado paisajístico, si el Ayuntamiento o manos privadas, pero lamento mucho más que los que por allí pasaron ganen galardones a costa del deterioro del entorno ajeno. La Mancha, por sí misma, está degradándose ecológicamente de forma acelerada, sin remedio. Al menos es sincero pedir menos folclorismo y menos explotación simbólica y un poco más de responsabilidad política local, y profesionalidad a los responsables de la serie. Mientras, los que viajen al sur pasando por Alcázar de San Juan verán que nos han crecido dos molinos enanos por mor de algún encantamiento inadjetivable.-