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Fiesta vaquera en el rancho de los Moore

Antonio Caño

El rancho de los Moore, entre San Antonio y Houston, fue escenario, el pasado fin de semana, de una fiesta de recaudación de fondos para mujeres abandonadas. La invitación era para lo que por estos pagos se llama una fiesta western, es decir, pantalones vaqueros, botas, chalecos de cuero, sombreros de alas amplias, carne a la brasa, fajitas, cerveza, tequila, bourbon y música country.Mucho baile tejano, a un ritmo que recuerda el pasodoble, mucha discusión sobre el precio de las reses, o sobre el alarmante aumento de la criminalidad, pero poco interés por las elecciones de mañana.

"¿Cuándo son? ¡Ah!, es cierto, el martes. Ganarán Bush y Clinton, sin duda. Aquí somos muy poco amigos de los forasteros", dice uno de los invitados, de apellido Pajares, pero cuyo conocimiento del español se limita a decir "mucho gusto" y "hasta la vista".

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Desde que los bravos guerreros comanches pelearon contra los pioneros en las infinitas llanuras tejanas, estas tierras han sido poco receptivas a lo que llega de afuera. Incluso antes, hasta los franciscanos españoles tuvieron que cerrar sus misiones a penas a comienzos del. siglo XIX, incapaces de superar la hostilidad de los nativos.

Es el lugar propicio, por tanto, para que George Bush -que vivió en Tejas la mitad de su vida- y Bill Clinton -del vecino estado de Arkansas- consigan triunfos resonantes.

Tejas, el Estado más grande de la Unión, después de Alaska, y el tercero en cuanto a número de habitantes, es, probablemente, uno de los más encerrados en sí mismos de todo el país. Ya fue, entre 1836 y 1844, una nación independiente, reconocida por el propio Estados Unidos, y se decidió a entrar, finalmente, en la guerra civil en contra de la opinión de su presidente de entonces, Sam Houston.

Orgullosos y arrogantes

Los tejanos admiten ser orgullosos y arrogantes. Sus mujeres presumen de vestir espuelas y de ser capaces de marcar una vaca en menos tiempo que un hombre. Ni siquiera les resulta fácil aceptar del todo que Tejas se ha contagiado de la misma enfermedad económica que el resto del país.

El índice de desempleo en el Estado es un 0,5% superior a la media nacional. La tasa de crecimiento en la última década ha sido 10 puntos superior a la del resto del país, pero la renta per cápita anual es de 2.000 dólares (unas 200.000 pesetas) menos que la del promedio de los norteamericanos.

Tejas es el fruto de la mezcla entre los pobladores mexicanos y los aventureros anglosajones llegados del Este. Hoy la población de origen hispano alcanza el 25,5% y, aunque algunos de sus miembros más destacados han llegado a ocupar puestos importantes en la Administración y en los negocios, en su mayor parte constituye el sector más bajo de la sociedad.

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