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El Ayuntamiento asume que la ciudad seguirá sucia, aunque haya más basureros

Francisco Peregil

Más de 4.000 familias (1.300 recogedores de basura y 3.000 del servicio de limpieza) viven de limpiar la basura que dejan los demás, y la propia concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, reconoce que no son suficientes. Pero Aguirre está encantada con FOCSA y dice que el problema es más complejo. Tiene que ver, por ejemplo, con la costumbre de los jóvenes de divertirse en la calle y dejarla los sábados por la mañana minada de botellas, cajas y vómitos.Eso es cierto, pero también es verdad que los fines de semana el personal de la limpieza, en vez de incrementarse, se reduce, y la concejal lo sabe. "Queremos que en mayo trabaje durante los fines de semana el 25% de los limpiadores", dice Aguirre. Ella persiste en la autocrítica: "A pesar de todo, eso será insuficiente. Tengo que conseguir que el Ayuntamiento contrate los fines de semana más gente".

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Las sanciones no se hacen esperar para el ciudadano. Así, por ejemplo, en enero, 225 madrileños fueron multados con 5.000 pesetas por tirar octavillas en la calle, y 600 lo fueron por verter la basura fuera de los cubos. La concejal cree que son pocas las sanciones y pretende incrementarlas.

No todos comparten su visión del problema. Hay quienes piensan que los barrenderos ensucian más que limpian, debido, entre otras cosas, a la rapidez con que trabajan: cuanto antes acaban, antes se van y, como término medio, tardan unas cuatro horas.

Sanción a FOCSA

Al concejal de Latina, Sigfrido Herráez, le gustaría disponer de vigilantes para que supervisaran la labor de los empleados de FOCSA. Herráez sabe que FOCSA destina un vigilante en cada distrito para supervisar el trabajo de los obreros, pero el concejal cree que es insuficiente.

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El concejal Ángel Matanzo se negó en su anterior mandato a firmarle a FOCSA, durante tres meses consecutivos, la certificación mensual en la que se aprueba el traba o realizado. Fue más allá: sancionó a la compañía por incumplimiento de contrato. "Si de mí dependiera, no le renovaría el contrato a esa gente", dice el concejal de Centro.

El portavoz de CC OO en FOCSA, Ángel Llantino, cree que la labor de los recogedores no es limpiar cada lata que se encuentran en la calle. "Recogemos todos los controles [grupo de contenedores], incluso las bolsas que dejan fuera de los cubos, pero no podemos ir con un cepillo limpiando las aceras porque ese cometido es del servicio de limpieza, no de recogida". En la limpieza es donde Llantino cree que está el gran problema. "Y no es por culpa de los 3.000 limpiadores, que están explotados, sino del Ayuntamiento, que ha ido delegando esa labor en empresas que no cumplen los pliegos de condiciones". Llantino pone un ejemplo claro: "En el distrito Centro, el Ayuntamiento tenía 500 limpiadores hace cinco años. Le cedió esa labor a Dragados y Construcciones, y ahora sólo hay 250 obreros".

La casa sin barrer

La concejal de Medio Ambiente dice que ella no es quien contrata las empresas de limpieza. Ella sólo contrató a FOCSA (camiones de basura). Las empresas de limpieza (barrenderos) dependen de los concejales de los distritos. En este caso sería fácil aludir al refrán de los unos por los otros, la casa sin barrer".

No obstante, Aguirre tiene la intención de modificar lacras eternas, como la de las cacas de perros. "En varias ciudades europeas", dice Aguirre, "se multa a quienes no salen con el aparato recogecacas. Aquí probamos a implantarlo, pero la gente no soporta esa especie de bastoncillos en sus casas porque acaban siendo malolientes. Así que instalaremos máquinas con bolsas en las plazas de los barrios céntricos para que recojan los excrementos y los metan en las máquinas".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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