Un español y dos argentinos distribuían droga desde un anticuario del centro

Un ciudadano español y dos argentinos han sido detenidos acusados de vender cocaína en zonas céntricas de Madrid y en Canarias. Su centro de operaciones era una tienda de antigüedades del centro. La policía sorprendió a uno de ellos el martes por la tarde con un kilo de cocaína oculta en una faja, según fuentes policiales.

La policía de Getafe vigilaba desde hace tiempo a Fernando Pérez González, de 36 años. Según sus investigaciones, el hombre enviaba cocaína a Canarias y la vendía a camellos de Chamberí y del centro. Recibía la droga en su tienda de antigüedades, en la calle de la Palma, 40. Los agentes observaron que el martes por la tarde llegaba un hombre que podría ser un correo. Era el argentino Marcos Eduardo Morán, de 42 años, que llevaba una bolsa de deportes con un kilo de cocaína camufiada en una especie de faja. Fue detenido junto con el dueño de la tienda y su compatriota Horacio Torres Sena, de 37 años. Este último, también de nacionalidad argentina, está acusado de servir de enlace con camellos del centro y Chamberí.La policía registró la tienda de antigüedades y la vivienda de Fernando Pérez, en Getafe, y se incautó de dos aparatos de precisión para pesar droga, un molinillo con restos de estupefaciente y dos millones en moneda española y extrajera.

Fernando Pérez posee antecedentes por nárcotráfico, según la policía, y por atracos. Estaba reclamado por un juzgado de Cádiz. Al parecer, parte de la droga iba a ser enviada a Canarias.

Con los pantalones en la mano

Por otro lado, dos jóvenes liberianos han sido detenidos acusados de intentar violar a dos prostitutas del parque del Oeste. Según la Jefatura Superior de Policía, Philip Wilberk, de 21 años, e lsaac Gyekyez, de 19, en situación ilegal en España, abordaron a una de las mujeres en la confluencia del paseo del Rey con el de Rosales en la medianoche del martes. Llevaron a la prostituta hasta unos setos y se desnudaron. Policías de un coche patrulla les vieron y entonces los dos jóvenes huyeron con los pantalones en la mano.Los agentes avisaron a otros companeros que patrullaban por la zona y un coche vio a los dos liberianos cerca de un restaurante del parque del Oeste. Cuando los policías identificaban a los jóvenes, otra mujer se acerco y les acusó de intentar violarla, una hora antes, en el paseo de Rosales. Sus gritos de petición de auxilio y la llegada de unos transeúntes forzaron a los presuntos violadores a huir.