La operación 'Ayuda al Ferrocarril' se diseñó en 15 días, según jefes militares
La Operación Ayuda al Ferrocarrid, Alfa Foxtrot en terminología mílitar, se preparó en sólo 15 días, segun varios mandos militares consultados por EL PAÍS. Un portavoz del Ministerio de Defensa indicó ayer, por su parte, que el Ministerio del Interior pidió antes de fin de año protección militar para la vía férrea Madrid-Sevilla, tanto convencional como de alta velocidad y que la decisión se adoptó a finales del mes de enero.
García Vargas se entrevistó ayer con los tenientes generales en activo del Ejército de Tierra, al término de la reunión mensual del Consejo Superior del Ejército. Aunque no ha trascendido lo tratado en la reunión, es previsible que en la misma se abordara la participación del Ejército en los dispositivos de seguridad preparados con motivo de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, que implicarán a unos 10.000 militares a lo largo de los próximos meses.El máximo responsable de la Operación Alfa-Foxtrot es en su calidad de mando operativo del Ejército de Tierra, el propio jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Ramón Porgueres. El diseño concreto de la operación ha correspondido, sin embargo, al Estado Mayor de la División Acorazada Brunete.La orden de operaciones del dispositivo militar se basa en el reparto en sectores de la línea férrea Madrid-Sevilla y su adjudicación a distintas unidades, bajo el mando de un coronel de cada una de ellas. La misión encargada al Ejército es de vigilancia estática, mientras que las patrullas móviles córresponden a la Guardia Civil.Uno de los obstáculos con que tropiezan las Fuerzas Armadas para cumplir su misión es el hecho de que sus miembros, al contrario que los componentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, caracen de la condición de "agentes de la autoridad", por lo que no pueden legalmente realizar funciones policiales.
Para evitar incidentes, los militares que participan en la operación tienen instrucciones precisas de actuar sólo en caso de urgencia y necesidad, como el de legítima defensa, mientras que en las restantes circunstancias deben avisar a las patrullas de la Guardia Civil.
Por ello, los soldados de reemplazo que realizan guardías junto a la vía férrea van provistos, además de un subfusil Cetme, de un silbato, con el que deben advertir a sus compañeros de la presencia de cualquier intruso o elemento anormal en la zona.
El robo de varios monos de trabajo de personal de Renfe en la estación de Atocha (Madrid) ha obligado a incrementar la alerta, ya que, según mandos militares participantes en la operación, es frecuente el paso de empleados de la compañía ferroviaria por las proximidades de los campamentos militares de vigilancia. Los mismos mandos se han quejado de que la valla que en teoría cerca todo el trazado del AVE (Alta Velocidad Española) está rota o abierta en numerosos puntos, a pesar de que es casi nueva.
La puesta en marcha del dispositivo de seguridad militar ha obligado a cancelar casi todas las salidas y maniobras de las unidades.
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