El acuerdo marco de construcción provoca nuevos enfrentamientos entre la CEOE y su afiliada CNC
El convenio general de la construcción que negocia la patronal del sector, la CNC, con los sindicatos UGT y Comisiones Obreras ha reproducido los enfrentamientos entre esta organización empresarial y la confederación CEOE. La causa es que ese convenio -que sustituiría a la ordenanza laboral franquista- prevé la constitución de un órgano paritario empresas-trabajadores para gestionar la formación profesional, la seguridad e higiene y la antigüedad profesional. Los responsables de la CEOE se oponen a ese modelo de cogestión y temen además que se extienda a otros sectores.
Las discrepancias entre la CEOE y una de sus organizaciones afiliadas más importantes, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), son reiteradas. Hace dos años se produjeron problemas similares cuando la patronal de la construcción firmó unos aumentos salariales del 8,5% apenas 15 días después de que los órganos directivos de la CEOE decidieran una recomendación salarial para todos sus asociados con el tope máximo del 7,5%. Por esa causa se abrió un expediente sancionador a la CNC, que luego se abandonó, una vez que el entonces presidente de la confederación de la construcción y vicepresidente de la CEOE, Ignacio Briones, optase por dimitir.En esta ocasión no se trata de una mera discrepancia en los aumentos salariales. Está en juego un convenio general con una vigencia de cinco años que pretende regular las relaciones laborales de un sector que da empleo a 722.000 asalariados y supone el 9,4% del producto interior bruto y derogar la ordenanza franquista.
El nuevo problema surgido entre las dos organizaciones empresariales será tratado el próximo martes en la junta directiva de la CEOE. En esa reunión, Jesús Roa, actual presidente de la patronal de la construcción, explicará a sus colegas el contenido del convenio general, y en especial el órgano paritarlo previsto para gestionar la formación profesional. Su proyecto persigue modernizar y profesionalizar el sector, facilitando los cursos y el reciclaje de trabajadores adecuados a las necesidades de las empresas. Se trata de reproducir en todo el Estado una experiencia que viene funcionando con buenos resultados en Asturias.
Coste del proyecto
Roa detallará también la financiación y elcoste de ese proyecto, uno de los aspectos origen de las discrepancias. El órgano que se pretende crear se nutrirá con cuotas pactadas en los convenios, adicionales a las que ahora pagan empresas y trabajadores para formación profesional. Fuentes de la CEOE aseguran que el coste para las empresas será de unas 60.000 pesetas por trabajador y año, y los fondos totales, más de 60.000 millones de pesetas.Sin embargo, Manuel Garnacho, secretario general de UGT de la construcción, asegura que las cifras definitivas no están aún decididas y calcula un coste de entre 27.000 y 30.000 pesetas por trabajador yaño. Garnacho no entiende la oposición de la CEOE a que se creen institutos paritarios que existen en todos los países europeos desde hace 50 años en la construcción. El dirigente sindical informó también que las negociaciones con la CNC van por el buen camino".
Los responsables de la CNC reconocen que han recibido "mensajes" de la CEOE mos trando su preocupación y oposición al proyecto. Asimismo aseguran que tienen un absoluto respeto por las opiniones de la cúpula empresarial, pero también se consideran responsables de velar por los intereses de los empresarios del sector, y de lograr la modernización.
La CEOE mantiene una discusión tripartita sóbre formación profesional con el Ministerio de Trabajo y las confederaciones de UGT y CCOO con un modelo diferente. Si los empresarios de la construcción consiguen aprobar el convenio general se adelantarían al conjunto de la patronal y le quitarían una baza negociadora.
Además de la formación profesional, el instituto paritarío previsto en el convenio de la construcción tiene como objetivo velar por la seguridad e higiene en el trabajo de un sector muy afectado por la siniestralidad. También persigue una fórmula para evitar los desequilibrios que ahora se producen por los pluses de antigüedad, mediante un sistema nuevo que tiene en cuenta la fidelidad al sector y no a las empresas.
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