El Tribunal Internacional del Agua pide a Israel que abastezca a 35 aldeas árabes
El Tribunal Internacional del Agua, organización no gubernamental independiente, que se ha reunido por segunda vez en Holanda (Rotterdam en 1983 y ahora en Amsterdam), ha emitido veredictos en los que pide a Israel que suministre agua al menos a 35 aldeas árabes en su territorio, y a China que paralice las obras de la presa de las Tres Gargantas sobre el río Changjiang. Los veredictos del tribunal, que no tienen caracter vinculante aunque sí consecuencias prácticas, serán elevados a la Cumbre de la Tierra, que se celebrará el próximo mes de junio en Río de Janeiro.
El segundo Tribunal Internacional del Agua levantó ayer la sesión tras cinco días de intensas deliberaciones sobre las consecuencias medioambientales y sociales derivadas de su contaminación y uso indebido en América Latina, Asia y África, además de Israel y Canadá. Al final, una misma recomendación alienta todos los veredictos: la necesidad de unir la explotación del agua a una forma de desarrollo sostenible que permita su preservación."El jurado lamenta la negativa del Gobierno de Israel a proporcionar agua de calidad suficiente a 35 de las 70 aldeas árabes no reconocidas en su territorio y recomienda lo siguiente: la aplicación de la Ley de Planificación y Vivienda para conectar los pueblos afectados a la red nacional de aguas, y la búsqueda de soluciones equitativas para la división de zonas de vivienda". Con este veredicto, a la demanda presentada por la Sociedad Galilea para la Investigación de la Salud, el tribunal cerró uno de los casos más politizados vistos en Amsterdam. La construcción del embalse de las Tres Gargantas sobre el río Changjiang también puso a prueba a los nueve expertos en biología, economía y política internacional escogidos para el tribunal en los tres continentes afectados y Europa. En este caso, la acusación provenía de la rama holandesa de la Federación por una China Democrática y por la organización canadiense Probe International.
700.000 desplazados
Los Gobiernos chino y canadiense y el consorcio constituido para esta empresa eran los acusados. Para los demandantes, la presa no sólo destruirá tierras y bancos de pesca. Por lo menos 727.000 personas serán desplazadas para crear una obra que transformará en un mar artificial 576 kilómetros del río Changjiang próximo a su estuario. El veredicto pidió la paralización de los trabajos de la presa, "mientras las poblaciones afectadas no sean informadas y los estudios medioambientales completados".
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