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Los sindicatos acusan a Hunosa de vulnerar el acuerdo para la reconversión

El anuncio por la dirección de Hunosa del cierre de 14 instalaciones de la compañía (diez explotaciones y cuatro lavaderos de carbón) entre el mes próximo y junio de 1993 ha supuesto un nuevo entorpecimiento de las negociaciones del plan estratégico de la mayor empresa de Asturias. Los sindicatos han anticipado que vulnera el principio de acuerdo alcanzado hace dos semanas entre empresa y sindicatos y que, en tales circunstancias, el plan estratégico no podrá ser firmado por los sindicatos. Hoy se vuelve a reunir la mesa de negociación en un clima de tensa espera.

El nuevo giro de los acontecimientos ha puesto de nuevo a Hunosa y al sector minero asturiano en el disparadero de un nuevo frente de conflictividad, según fuentes sindicales, cuando todo parecía apuntar que, tras la aprobación por el Consejo de Ministros de un plan de dinamización industrial para Asturias y el logro de un principio de acuerdo en la mesa de concertación de Hunosa, el problema parecía encontrar la senda de la distensión y del acuerdo. Un nuevo bloqueo esta tarde de la negociación de Hunosa supondría someter otra vez, como ocurriera meses atrás, a una delicada situación política al PSOE, y sobre todo a la Federación Socialista Asturiana, al Gobierno regional y a los Ayuntamientos mineros controlados por alcaldes socialistas, sobre todos los cuales el SOMA posee un gran ascendente, y que de nuevo se verían en la tesitura de confrontar con el Ministerio de Industria. En su última visita a Madrid, el presidente de Asturias, Juan Luis Rodríguez-Vigil, solicitó al Gobierno estatal "diálogo y generosidad" en Hunosa.Los sindicatos se sienten desde hace meses, pero en particular en los últimos días, víctimas de lo que denominan una "política de hostigamiento" por parte de la dirección de la empresa, a la que acusan de organizar una campaña de "intoxicación", a propósito del uso de las horas sindicales -310.000 horas en total el año pasado para 2.000 trabajadores- con la finalidad, aseguran, de "desacreditar" a las organizaciones sindicales ante sus propias bases (más del 90% de los 18.000 trabajadores de Hunosa están afiliados al SOMA-UGT o a CC OO) y ante la sociedad asturiana para "debilitarlas" y poder proceder así a una rápida "liquidación" de la empresa minera.

Horas sindicales

[Mientras, en el Ministerio de Industria se afirma que no ha sido la concreción de los pozos lo que ha provocado realmente el malestar en los sindicatos, sino la intención de la empresa de controlar ella las horas sindicales, cuya distribución y organización estaba hasta ahora en manos.de los sindicatos.]

El anuncio de cierres en cascada de diez de las 23 explotaciones hulleras de la empresa y de cuatro de los siete lavaderos de carbón durante los 15 próximos meses, ha sido calificado por los sindicatos como una nueva "provocación" a las organizaciones sindicales, y tanto el SOMA-UGT como el sindicato minero de CC OO han rechazado esa interpretación del principio de acuerdo que, a juicio de ambos, no sólo entraña un proceso de ajuste entre 1991 y 1993 (el que ahora se ha dado a conocer), sino también el compromiso de una planificación entre 1993 y 1996, y entre 1996 y el año 2003, para garantizar, sostienen, la estabilidad de la compañía, y que ahora, concluyen, ha sido omitido en la concreción del principio de acuerdo. Los partidos asturianos han manifestado asimismo su oposición a cualquier alteración del espíritu de acercamiento que se formalizó en el principio de acuerdo.

Los sindicatos han solicitado en las últimas horas ser recibidos por Industria, por el presidente del INI y por el comisario europeo de la Energía con la intención de manifestarles su voluntad negociadora y la aceptación de una reducción del tamaño de Hunosa siempre que se garantice su estabilidad y supervivencia. En varias ocasiones, los dirigentes sindicales han cuestionado a la actual dirección de la empresa como interlocutor idóneo para llevar a feliz término la negociación.

Los sindicatos no descartan convocar una nueva huelga general en el sector minero asturiano como las que ya se produjeron el 28 de junio, el 18 de septiembre y el 3 de enero pasados, ni realizar acciones que alcancen trascendencia y notoriedad nacional, como fue el encierro en el pozo Barredo durante la pasada navidad.

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