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La vida por un vaso de leche

Sendero Luminoso asesinó a Madre Coraje para aterrorizar a los líderes de los pobres peruanos

Gustavo Gorriti

María Elena Moyano, la Madre Coraje de Lima, encabezó la re sistencia al avance de Sendero Luminoso en los suburbios de la capital peruana, y por ello esta organización terrorista la asesinó el pasado sábado de una forma brutal: con un tiro en la cabeza y despedazándola con una carga de dinamita.Ahora, su nombre ha sonado también en la Comisión de Dere chos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra, según informa J. A. Ortega. Ayer, el ministro de Relaciones Exteriores peruano, Augusto Black Miller, condenó el salvaje aten tado y lo puso como bandera para pedir una mayor ayuda de los países desarrollados a estas democracias del Tercer Mundo que sobreviven inmersas en profundos problemas sociales.

Moyano murió en el mismo barrio que con su esfuerzo había conseguido levantar, Villa El Salvador, donde hace unos años formó la primera federación de mujeres de Perú. Cuando el deterioro de la economía nacional forzó a las organizaciones populares a acentuar las labores de supervivencia fundó o ayudó a formar decenas de comedores populares, centros de acopio y comités de vaso de leche, que se encargan de aportar el único alimento de miles de niños limeños y que los terroristas consideran sus mayores competidores.

Esa etapa de construcción fue reconocida cuando, en oCtubre de 1987, Villa El Salvador recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Paz y la Concordia. Villa El Salvador ya no era la pampa desolada de Ias esteras que caminan", como ella la recordaba, sino una ciudad satélite de 300.000 habitantes, organizada y progresista.

Pero el desafío mayor llegó cuando Sendero Luminoso, a mediados de 1990, quiso arrebatar el dominio político de la villa a las organizaciones de izquierda legal, y después, en 199 1, intentó controlar los grupos de supervivencia, sobre todo los comedores populares y los comités de vaso de leche, que son ahí el eJe de la actividad comunal. Sin embargo a medida que se multiplicaban los atentados y asesinatos contra dirigentes de base, Moyano orga nizó y encabezó marchas de protesta contra cada acto de violen cia senderista. Sendero intentó primero una ofensiva de desprestigio, acusándola de utilizar en provecho propio los recursos colectivos. Luego pasó a las amenazas de muerte.

En una de sus últimas entrevistas, a la periodista Mariella Balbi, Moyano declaró: "A veces tengo miedo, pero siempre he estado dispuesta a entregar mi vida. ( ... ) Si el pueblo se organiza podremos derrotar a Sendero".

Al decidir asesinar a la más destacada dirigente popular de Lima, Sendero calculó el riesgo. Si el miedo enmudece y paraliza a una masa crítica de dirigentes habrá ganado. Si, por el contrario, cunde el ejemplo de María Elena Moyano, tal vez el recuerdo de esta luchadora logre finalmente vencer desde más allá del sacrificio.

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