Redondo y Gutiérrez critican a los partidos por no defender el futuro de la industria española

Los líderes de UGT y CC OO, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, respectivamente, rodeados por 20.000 delegados, pidieron ayer medidas para evitar el declive de la industria. Gutiérrez advirtió al Gobierno que no aceptarán una nueva reconversión sin reindustrialización, y Redondo criticó a los partidos políticos por no preocuparse del futuro de la industria española. Los dos rechazaron el pacto salarial a tres años sugerido por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, porque ése no es su modelo para lograr la convergencia con Europa.

Los dos líderes sindicales se repartieron los argumentos: Gutiérrez criticó con especial dureza a la CEOE y Redondo dirigió casi todos sus ataques al Gobierno, en el discurso más fogoso que se le ha oído en muchos años. Por dos veces repitió que "jamás" en su vida se ha sentido tan orgulloso de ser sindicalista. "No estamos defendiendo nuestras condiciones de prejubilación", dijo, "queremos que se detenga la catástrofe industrial y asegurar el futuro de nuestros hijos".Como respuesta al modelo de industria que tiene el Gobierno, Redondo califica de "reaccionario" que sólo el mercado vaya a resolver los problemas de las regiones afectadas por la crisis. Está convencido de que hay una tercera vía "entre la planificación franquista y el liberalismo de la beautiful" y rechaza que "España viva sólo de los servicios y de ser el paraíso del fraude fiscal y de la especulación, mientras crece el paro".

El secretario general del sindicato socialista lamenta que cada vez la industria tenga menos peso en el producto interior bruto y que el mensaje del poder consista en: ganar dinero fácil, aunque sea especulando. "Y lo digo a la mala sombra del Ministerio de Industria [lugar de la concentración]", añadió.

Redondo echó de menos en la manifestación a los diputados regionales y a los gobiernos autónomos y se preguntó qué partidos se preocupan por los problemas de la industria. "Los que dicen que los sindicatos defendemos intereses corporativos no están aquí defendiendo el futuro de la industria que afecta al conjunto del país".

Coincidió con Gutiérrez en afirmar que los sindicatos no se han inventado el descontento social y en precisar que las centrales no pretenden generar una espiral de la tensión. Quieren soluciones. Ambos anunciaron que seguirán las movilizaciones hasta que el Gobierno les escuche, como ha empezado a hacer en Asturias y Cartagena. Redondo advirtió del peligro de que cada comarca o empresa inicie una carrera o una espiral de violencia por conseguir más que otra. Contra eso, su receta es solidaridad entre los trabajadores y un plan industrial.

Los dos sindicalistas arremetieron contra la cumbre empresarial celebrada hace dos semanas. Redondo la calificó de "aquelarre" y el líder de CC OO de "conchabeo" entre la patronal CEOE, la derecha y el Gobierno.

Antonio Gutiérrez aseguró que no puede haber progreso ni entendimiento con una patronal que arruina cualquier acuerdo y puso como ejemplo las mesas donde se ha negociado la reforma de la formación profesional y el anteproyecto de la ley de salud laboral.

Ante la concentración de delegados de empresas en crisis que ayer se desplazaron a Madrid, los dos sindicalistas dijeron que su modelo de convergencia con la CE consiste en más y mejor empleo, mejores servicios e infraestructuras y detener cualquier ajuste en la industria que no vaya acompañado de medidas reindustrializadoras.

Propuesta de Solchaga

Ni siquiera toman en consideración el pacto salarial a tres años lanzado por Solchaga. Gutiérrez cree que el mismo ministro lo ha dicho con muy poca convicción. Para Redondo "Solchaga está permanentemente provocando a los sindicatos. Lo de Mariano Rubio le ha puesto muy nervioso y ha perdido los papeles", dijo. El líder de la central socialista comentaba ayer que la descripción del ministro sobre el papel del Estado es "un insulto para cualquier afiliado del PSOE".

Estos comentarios pusieron fin a una gran concentración de delegados que contribuyó a colapsar el tráfico de Madrid. Al respecto, la ministra Portavoz, Rosa Conde, responsabilizó a los sindicatos de alterar la vida de los ciudadanos con varias manifestaciones simultáneas.