_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Calzada

Manuel Vicent

Cuando se sobrevuela a baja altura el litoral mediterráneo se pueden distinguir todavía muchos tramos de la antigua Vía Hercúlea, después llamada Vía Augusta, que bajaba a lo largo de la Tarraconense hacia Sevilla. Como el mar en algunas partes se ha adentrado en la tierra, el trazado de esta calzada romana a veces también se vislumbra con toda nitidez discurriendo por el fondo de las aguas, lejos ya de la costa. Los marineros de Denia faenan sobre esta alineación de losas calcáreas que aún contiene mojones de basalto y plintos sin estatuas, residuos de algunas aras votivas, y ellos ignoran que estas piedras ahora sumergidas fueron holladas un día por las sandalias de Aníbal, de César y de Trajano, pero saben muy bien que allí existe el mejor banco de salmonetes de toda esa latitud. Se crían entre esos pedernales sagrados y en la lonja se llaman salmonetes de roca, aunque en realidad son de calzada romana. Algunos navegantes del país está en el secreto, que sólo comparten con los iniciados. Yo no poseo ya otra ideología que el aceite virgen de oliva, y esta fe me ha enseñado que todos los alimentos naturales establecen un diálogo con el cerebro mientras son masticados lentamente, y ellos en ese momento te llevan a oscuras profundidades, a lejanas regiones. Cuando un pescador de Denía me invita a tomar los salmonetes que él ha sacado del mar arrastrando la red por la Vía Augusta pienso, sentado al sol bajo estos plátanos desnudos cuyas gemas ya revientan, que así en verdad se aprende la hístoria de Roma. Por el fondo de este mar han pasado los elefantes camino de los Alpes y también las cuádrigas de los centuriones buscando Cartago. Por el alveolo de estas aguas ha caminado Séneca, y ahora todas aquellas pasiones han quedado a merced de algunos peces significativos que mafiana brillarán en algunas cajas de la lonja. Han hecho su carne rosada esforzándose entre los plintos de la antigua calzada romana y no hay que pagar un precio especial por ellos. Sólo se requiere desearlos un poco.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_