_
_
_
_

El Gobierno argelino expulsa al FIS de su ciudadela integrista

La junta cívico-militar argelina expulsó ayer al Frente Islámico de Salvación (FIS) de la mezquita de Suna, en el barrio de Bab el Ued, considerada como la ciudadela del integrismo argelino, donde millares de fieles militantes venidos de todo el país se congregan cada viernes para recibir las consignas del partido.

El Ministerio de Asuntos Religiosos destituyó ayer al imam oficial del templo, el radical Abdelkáder Mogni, mientras tomaba bajo su tutela la administración y dirección del centro. La decisión se ha adoptado inesperadamente, en vísperas de la plegaria semanal y, mientras, este barrio de Argel se prepara a vivir un viernes negro.La mezquita de Suna, en el populoso barrio de Bab el Ued, al lado y en perfecta ósmosis con la kashba, es un símbolo para los integristas argelinos. Su construcción empezó hace casi 10 años, con las aportaciones de los vecinos y en un intento de contrarrestar el discurso que el islamismo oficial pronunciaba desde la mezquita cercana de El Feth, en la que habitualmente un imam próximo al Frente de Liberación Nacional dirige una plegaria calificada popularmente como rezo AGV (oración a gran velocidad), cumpliendo de esta manera los consejos del Corán, que recomiendan no cansar a sus fieles.

Los militantes e imames integristas del barrio encontraron refugio en Suna, y se conjuraron para no acabar nunca su construcción para eludir así el control de la Administración, que permite a las organizaciones cívicas promover y gobernar los templos, pero ordena entregarlos al Ministerio de Asuntos Religiosos una vez acabadas las obras. Por esta razón Suna es uno de los templos más feos de Argel: parece un almacén, carece de alminar y la fachada está sin revocar.

Púlpito del integrismo radical

En Suna encontraron refugio los hermanos Buyali, promotores de la primera guerrilla integrista del país en 1987. Esta misma mezquita sirvió de asilo a Alí Belhay, el compañero de Abasi Madani en la dirección del partido y convertido el pasado mes de junio en huésped de alta seguridad en la prisión militar de Blida.Pero sobre todo, Suna hasido en los últimos meses el púlpito privilegiado de la corriente integrista más radical del FIS, la salací, que propugna el retorno al antiguo islam, el abandono de la estrategia democrática, la disolución del partido, la clandestinidad y la declaración de la guerra santa. El fuego sagrado del salacismo ha estado durante este tiempo encomendado al joven imam Abdelkáder Mogni, profesor de un instituto cercano y diputado electo del FIS tras haber logrado el 85% de los votos del barrio. Sobre las espaldas del diputado Mogni se acumulan ya 50 meses de cárcel. Abdelkáder Mogni, elegido unánimemente por los vecinos como responsable de su mezquita, fue ayer desposeído del cargo, según asegura un portavoz del Ministerio de Asuntos Religiosos. Pero nadie ha podido por el momento comunicarle oficialmente su destitución, entre otras razones porque desde hace una semana se encuentra en paradero desconocido, eludiendo una orden de detención dictada por un juez de Argel, que le acusa de incitar a los fieles a la sublevación popular.

La última vez que el barrio de Bab el Ued escuchó la voz de Mogni fue el pasado viernes, al congregar en tomo a su templo a los fieles militantes que habían huido de la mezquita de Kuba, asediada por la policía. Sólo fue un instante, porque inesperadamente la voz de Mogni quedó suspendida en el aire, cuando las fuerzas antidisturbios cortaron los cables de los altavoces y cercaron el templo. Se inició así un estallido de cólera popular y durante más de cinco horas se escucharon en todo el barrio los disparos de la policía, mientras las huestes integristas, reforzadas por jóvenes revoltosos, formaban barricadas y tiraban piedras, en un nuevo capítulo de la Intifada integrista argelina.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Los fieles militantes del FIS tienen hoy una nueva cita ante la mezquita de Suna. Ayer el corazón de Bab el Ued comenzó a palpitar con más fuerza que nunca. Nadie ha podido olvidar octubre de 1988 ni junio de 1991, cuando la sangre se mezcló con el gas de las bombas lacrimógenas y el barrio -antiguo feudo de pieds noirs y anarquistas levantinos- empezó allorar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_