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El lider serbio de Kraj¡na no acepta el despliegue de "cascos azules"

Milan Babie, presidente de la autoproclamada república serbia de Krajina, se negó a aceptar el plan de la ONU y a permitir el despliegue de los cascos azules en el paupérrimo territorio que controla férreamente. "Lamento que mis argumentos no hayan convencido a Babic, quien no está en situación de aceptar el plan de la ONU", declaró Marrack Goulding.

El homólogo de Babic en Eslavonia, Goran Hadzic, sí fue convencido por el emisario de la ONU y aceptó las garantías que éste proporcionó para la protección de los serbios en las zonas croatas actualmente controladas por el Ejército, pero cuya retirada estipula el plan de la ONU una vez llegados los cascos azules.

El estado de ánimo de Goulding, emisario del secretario de las Naciones Unidas, encargado de ultimar los acuerdos acerca del despliegue de las tropas de paz de Croacia, varía según el interlocutor.

Goulding se entrevistó ayer con el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, después de reunirse con los líderes de Serbia y el Ejército federal.

El primer ministro croata, Franjo Grejuric, declaró, después de su reciente visita a Nueva York, que esta república había solicitado que los primeros 1.000 o 2.000 soldados de la ONU Reguen en el plazo de diez días.

También, el representante de la presidencia federal, Borisav Jovic, declaró, después de su viaje a Nueva York (evitando el encuentro con Grejuric) que era partidario de la pronta llegada de las tropas de paz, y subrayó: "Espero que se superen pronto los obstáculos políticos impuestos por los líderes serbios en Krajina".

Belgrado firmó el plan de la ONU, pero el régimen marioneta de Krajina, instalado por Belgrado, decidió imponer sus propias reglas de juego. Babic, dentista de Knin, exige el reconocimiento de su república autoproclamada, hecho que ni siquiera Belgrado ha sancionado.

En Zagreb, hay dudas acerca de la seriedad del conflicto entre Belgrado y Krajina. Por otra parte, los medios de comunicación oficiales serbios cambiaron significativamente su lenguaje bélico, en señal de que desean,la paz.

Las tropas de la ONU deberían permanecer en las zonas de conflicto hasta que no se resuelva políticamente la situación de las regiones en el territorio croata controladas por el Ejército. La política oficial serbia elude explicar qué tipo de arreglo aceptaría. Zagreb no esconde que jamás permitirá que estos territorios se escindan de Croacia.

La relativa calma en los frentes, a pesar de las reiteradas violaciones del alto el fuego, permiten cierto respiro político. "Si quieren el despliegue de las fuerzas de paz, el alto el fuego debe ser efectivo", concluyó Goulding.

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