Alcaldes contra las cuerdas
El violento conflicto de Cangas do Morrazo se ha convertido en un ejemplo a seguir, en la prueba de que es posible derrocar a un alcalde mediante la presión popular y al margen de los mecanismos legales. En este Ayuntamiento pontevedrés se constituyó en 1990 la primera gestora municipal de España tras la dimisión del alcalde, el socialista Lois Pena, que durante un año no pudo entrar en el Ayuntamiento por una revuelta popular contra el aumento de la contribución urbana.Meses más tarde, Allariz, un pueblo orensano, seguía los pasos de Cangas. Un grupo de vecinos se encerró en el Ayuntamiento para reclamar que se sanease un río. De inmediato el conflicto derivó en un enfrentamiento con el alcalde, Leopoldo Pérez Camba, del PP, que prefirió dimitir ante la imposibilidad de dirigir los trabajos municipales.
En A Fonsagrada se han vuelto a repetir las mismas circunstancias. Una protesta que comienza para exigir los servicios de una capital de comarca se radicaliza y deriva en un rechazo popular al alcalde.
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