"Ya estamos en el mapa",

Albacete tiene una nueva seña de identidad, la del fútbol. El club que preside Rafael Candel, un empresario del hierro y la construcción, y cuyo primer equipo dirige Benito Floro, un estudioso de su deporte, está haciendo a la ciudad castellano-manchega una gran publicidad. "O se nos ignoraba o se nos asociaba tan sólo con el frío, las navajas y la carretera. Ahora es diferente. Es como si hubiéramos entrado en el mapa". Ése es el comentario general. Cada albaceteño, incluso los que nunca pisan el estadio, se halla pendiente del bote del bote"Sociológicamente, ha sido, un impacto", afirma Raul con sus libros de COU bajo el brazo; "todos nos sentimos orgullosos del Albacete, identificados con él. Hasta mi abuelo, taurino desde siempre y que ni se sabe las reglas elementales del fútbol, sigue sus encuentros a través de la radio o la televisión. Él, que también se echó a la calle, insiste en que jamás vio una explosión de alegría popular como la del domingo del ascenso a la Primera División". "Es que ni se nos conocía. A lo sumo, éramos una referencia, un obligado punto de paso", protesta Paco, empleado en una gasolinera.

"Floro, el mejor entrenador de España, y sus chicos nos están promocionando. Lo que hace falta es que esto se consolide", apostilla Pepe, vendedor de periódicos, que parece no terminar de creerse que se esté donde se está cuando tres temporadas atrás se rozó el descenso a la Tercera :

Lo que precisamente intenta Candel es "hacer club". A sus 43 años, los cuatro últimos presidiéndolo después de una mínima etapa algunos antes en su vicepresidencia, de la que dimitió, se ha empeñado en dotar al Albacete "de un patrimonio y una infraestructura que le den la mayoría de edad, que le garanticen un buen futuro", y pese a las presiones, centrarse en sus hierros y construcciones en cuanto se convierta en una sociedad anónima: "Es que me siento absorbido por él. Me resta tiempo para mi familia y mis negocios. Esta ciudad es pequeña, [unos 130.000 habitantes] y todos me conocen. Así que muchos días me los paso hablando de fútbol. Eso, de alguna manera, embrutece, ya que no hay que olvidar que no es más que una cultura de segundo grado".

El club, una empresa

Candel se ha planteado su gestión como estrictamente empresarial. "Hasta ahora" advierte, "muchos colegas míos han pretendido situar a sus clubes por encima de sus posibilidades, lo que es una equivocación. El Albacete sólo llegará hasta donde los bolsillos de sus socios quieran que llegue". Nunca mejor dicho, pues más del 50% de su presupuesto de ingresos, del orden de los 800 millones de pesetas, uno de los más bajos de la categoría, procede de ellos.Su número se ha cuadruplicado de la campaña pasada a ésta: de 1.800 a 7.200. Sus cuotas anuales, como puntualiza Candel, son de las más caras: de 30.000 a 125.000 pesetas. Además, las abonan por anticipado, en junio, para que no haya sorpresas económicas: 'Los pies, en el suelo. No hay que correr riesgos, sino partir de realidades como las de los 120 millones que nos corresponden por los derechos televisivos y los 50 que cobramos por la publicidad. La taquilla es lo único que puede fluctuar".

Pero en este sentido la respuesta también es, de momento, positiva. Los afiliados deben pagar por añadidura en los tres partidos declarados como del club: ante el Barcelona, el Atlético y el Real Madrid. Hoy, contra el cuadro rojiblanco, se les han subido unas 1.500 pesetas respecto al enfrentamiento con el azulgrana. "Algunos se quejan diciendo que es un abuso, pero. al final sueltan la tela ", expone Ramón, camarero, porque el conjunto ofrece un espectáculo excelente". "Sucede que ven seriedad", reflexiona Candel; "ese dinero de más tiene un destino concreto: la compra de otros 40.000 metros cuadrados para la ciudad deportiva, que constará de 80.000. Por otra parte, hemos adquirido un campo para las secciones inferiores [el Carlos Belmonte, en el que juega el Albacete, es municipal] y dentro de un mes inauguraremos nuestra nueva sede. Como se acostumbra a decir, mis directivos y yo nos encontramos el club como un solar y hemos logrado que pasara de déficits de 150 millones a superávits constantes".

La obsesión de Candel es, en efecto, sentar las bases: "Se ha gastado con cuidado lo que se tenía y los fichajes, por suerte, han salido buenos. Pero hay que potenciar la cantera. Para eso se está organizando un espléndido cuerpo técnico y se controla ya a 800 o 900 muchachos. Importará muy poco quien presida su consejo de administración cuando el club sea suficientemente sólido en todos los aspectos".