ETA tiene a Pujol entre sus objetivos potenciales

El presidente de la Generafitat, Jordi Pujol, rigura entre los objetivos de ETA, según se desprende de la documentación incautada por la policía el 30 de mayo de 1991 a los miembros de] comando Barcelona. Estos datos figuran en un libreta de notas M jefe del comando, Joan Caries Monteagudo. La documentación fue intervenida después de que el jefe terrorista muriera en un. tiroteo con agentes de la Guardia Civil. En la libreta figuraban informaciones como, por ejemplo, la hora en que Pujol abandonaba habitualmente su domicilio, de la Ronda General Mitre, en Barcelona, para dirigirse a la sede del Gobierno catalán, según connfirmaron a este diario fuentes de las administraciones central y autonómica.

La libreta de Monteagudo contenía anotaciones en castellano de lo más heterogéneo, aunque fueron los datos sobre Jordi Pujol los que más llamaron la atención. En las notas se concretaba la hora de llegada a su domicilio del dirigente catalán que, al ser siempre variable en función de su actividad diaria, fue interpretada por la policía como un signo de que el terrorista, o alguien de su total confianza, había seguido en algún momento a Pujol.Fuentes próximas a la investigación han subrayado que, pese a figurar Pujol entre los objetivos de ETA, no significa necesariamente que el presidente fuera en aquellas fechas o ahora un blanco de los terroristas. "Lo único que se sabe es que había sido vigilado, no que hubieran decidido atentar contra él", indicaron los medios informantes. Según este versión, Monteagudo "pretendía pasar esa información a la dirección etarra para que decidiera".

Incremento de la seguridad

Miembros del Gobierno catalán y responsables de su seguridad, a cargo de la policía autonómica, han indicado que el hallazgo de las notas provocó que se tomaran inmediatamente mayores de medidas de seguridad entorno al presidente catalán, incrementándose su vigilancia personal y modificándose los itinerarios que efectuaba para desplazarse desde su domicilio a la sede de la presidencia de la Generalitat.

A través de la Presidencia de la Generalitat y del Departamento de Gobernación se cursaron instrucciones a los miembros del Ejecutivo catalán para que aceptaran una mayor vigilancia de sus movimientos. Al líder del Partit dels Socialistes (PSC), Raimon Obiols, se le hizo llegar, con todas las cautelas, la información de que otros dirigentes también podían ser objeto de atentado pese a que entonces hacía más de 11 años que ETA no asesinaba a un político. El último atentado de ETA de estas características fue en noviembre de 1980 en la persona de Vicente Zorita, candidato de Alianza Popular al Parlamento vasco. Ese mismo año perdieron la vida en atentados etarras José Ignacio Ustarán, dirigente de la Unión de Centro Democrático en Álava, y Juan de Dios Doval, del comité guipuzcoano de UCI).

Las acciones acciones terroristas de ETAcontra políticos se remontan pues a 1980. Cuatro años después, el 23 de febrero de 1984, en plena campaña electoral vasca, los Comandos Autónomos Anticapitalistas -organización que disputaba el protagonismo de acciones te rroristas a la entonces ETA militar- asesinaron al senador socialista Enrique- Casas.

El atentado mortal de anteayer en Valencia, que costó la vida al ex senador y ex secretario de Estado para las Comunidades Autónomas en la última etapa de Unión de Ceritro Democrático, Manuel Broseta, fue interpretado como un cambio en la estrategia etarra que sitúa de nuevo como blanco a los políticos. Ello, junto al incremento de las acciones en Barcelona -cinco muertos en un mes- ha activado de nuevo la alarma entre los encargados de la seguridad de Pujol.

Los etarras Monteagudo, ex dirigente de Terra Lliure, y Juan Félix Erezuma murieron en un tiroteo con la Guardia Civil en LLigá d'Arnunt (Barcelona) el pasado 30 de mayo, un día después de cometer un atentado en Vic que costó la vida a nueve personas -cuatro de ellas niñas-, al lanzar un coche bomba con 70 kilos de explosivos contra la casa-cuartel de la Guardia Civil. El atentado fue perfecto, según la conclusión que Monteagudo escribió de su puño y letra al redactar, horas antes de morir, un informe sobre el desarrollo de la acción, para elevarlo a la cúpula de la organización.

Por otro lado, la policía está investigando a independentistas valencianos por su presunta colaboración con ETA en el asesinato del consejero de Estado Manuel Broseta, ocurrido el miércoles en Valencia. Los investigadores dan por "seguro" que los etarras José Luis Urrusolo Sistiaga e Idoia López Riaño dispararon en la nuca a Broseta y abandonaron la ciudad.

Infraestructura en Valencia

Estos medios consideran que ETA no mantiene infraestructura en Valencia, pero sí cuenta con informadores de ideología independentista. El vínculo entre este grupo y los terroristas podría haberse establecido a través de Joan Carles Monteagudo, el etarra de origen valenciano muerto en mayo en Barcelona en un enfrentamiento con la policía.

El presidente del Tribunal Superior de, Justicia valenciano, Juan José Marí Castelló, afirma ayer: "Hay un comando de información en Valencia que conoce muy bien la vida de los políticos valenciano?. El delegado del Gobierno, Francisco Granados, recordó que Herri Batasuna obtuvo unos -7.000 votos en esta comunidad en las primeras elecciones europeas. La policía considera improbable que Broseta ,fuese, elegido por su vinculación con firmas constructoras o concesionarias de autopistas.

La iniciativa de guardar un mimito de silencio en memoria de Broseta, propuesta conjuntamente por la Generalitat y el Ayuntamiento y a la que se sumaron entidades políticas, empresariales y sindicales, tuvo ayer escasa respuesta popular. Los restos de Broseta seran incinerados hoy. Las universidades españolas, incluida la facultad de Derecho de San Sebastián, expresaron ayer su repulsa por el asesinato de Broseta.