El reconocimiento
LA CE decidió ayer reconocer la independencia de Eslovenia y Croacia. Lo hizo de forma unánime, aunque el gesto haya sido matizado por Francia, que expresaba así dudas sobre el cumplimiento por Croacia de las condiciones para acceder a la personalidad internacional exigidas desde diciembre por la propia Comunidad. La decisión comunitaria es, sin duda, resultado de la presión de Alemania, que antes de Navidad ya había anunciado unilateralmente el reconocimiento.Un organismo jurídico nacido de la Conferencia de La Haya, la Comisión de Arbitraje (en la que figuran altos magistrados de los tribunales constitucionales de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España), dictaminé hace días el grado de cumplimiento por las nuevas repúblicas de los requisitos que la CE ha fijado para el reconocimiento, principalmente el respeto de los derechos humanos, de las reglas de la democracia y de los derechos de las minorías nacionales. En opinión de la comisión, sólo Eslovenia y Macedonia cumplen con todos los puntos exigidos; por el contrario, se pedía a Croacia que complete su arquitectura constitucional definiendo claramente el capítulo de los derechos de las minorías, y en cuanto a las. pretensiones de Bosnia-Herzegovina, se le recomendaba que ponga en orden la casa antes de salir a la escena internacional. No puede olvidarse, sin embargo, que la región, con una población nacionalmente muy mezclada y amenazada por los nacionalistas extremistas serbios, es un polvorín, y que negarle el reconocimiento podría estimular las peligrosas corrientes agresivas del nacionalismo serbio.
Finalmente debe tenerse en cuenta que los actos de reconocimiento no son simplemente protocolarios. En este caso deben contribuir a un objetivo esencial: evitar que los combates se reanuden. El alto el fuego en Yugoslavia se mantiene, y ello es un motivo de satisfacción para todos los que han seguido con angustia las sangrientas contiendas de los últimos seis meses, causando, sin razón alguna, miles de muertos serbios y croatas. La interrupción de las batallas, aunque inestable, ha creado la esperanza de que los conflictos de la antigua Federación Yugoslava podrán resolverse por el diálogo entre las partes y con la ayuda mediadora de la Comunidad Europea y de la ONU.
La medida actualmente más urgente es consolidar el cese de los combates, para lo cual hace falta que lleguen cuanto antes los cascos azules que el Consejo de Seguridad de la ONU ha decidido enviar para que ocupen tres zonas: Eslavonia oriental y occidental y Krajina. El segundo objetivo de los reconocimientos de los nuevos países por parte de la CE es flexibilizar las negociaciones entre las repúblicas de la ex Yugoslavia; ayudar a definir las nuevas relaciones pacíficas que deberán establecerse entre ellas una vez se haya superado la trágica etapa de las muertes y los combates.
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