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Los hijos de MaxweIl guardan un silencio despectivo en los Comunes

Enric González

La Comisión de Seguridad Social de la Cámara de los Comunes sólo arrancó cuatro palabras a cada uno de los hermanos Maxwell. "Soy Kevin Maxwell, editor", dijo uno. "Soy lan Maxwell, editor", dijo el otro. Ambos comparecieron ayer para testificar sobre el escándalo de los fondos de pensiones del Grupo MaxweIl, pero. sus abogados convirtieron la sesión en un coloquio sobre el derecho de sus clientes "a guardar silencio".La Comisión de Seguridad Social ya convocó a los MaxweIl en diciembre y éstos no comparecieron. Esta segunda convocatoria, formulada en términos más enérgicos, pretendía recoger su testimonio para incluirlo en la información que el Parlamento acumula sobre los fondos de pensiones, a fin de preparar una nueva ley sobre los mismos que evite fraudes como el perpetrado por Robert MaxweIl con los ahorros de sus empleados.

La sesión era televisada en directo por la BBC, lo cual indujo a John Jarvis, abogado de lan MaxweIl, a disertar largamente sobre la presunción de inocencia y los juicios populares. "Esta sesión podría ser considerada como un juicio por el público, y creo que un juicio televisado es intolerable en una sociedad civilizada", exclamó. Las miradas atónitas de los asistentes le indujeron a precisar: "El riesgo estriba en que lo que aquí ocurra influya en la opinión de los televidentes, todos ellos potenciales miembros del jurado en el hipotético juicio al que, en el futuro, puede ser sometido mi cliente".

Varios diputados coincidieron en afirmar que en la Cámara de los Comunes no rige el derecho al silencio, por razones obvias. Los abogados apelaron entonces al secreto sumarial cuando un caso está sub judice, lo cual carecía de sentido porque, como les recordó el presidente de la comisión, el impasible diputado laborista Frank Field, nadie estaba aún procesado y, por tanto, nada estaba sub judice. Jarvis dijo que de acuerdo, pero volvió al principio, al "inviolable derecho al silencio".

Carman, en nombre de Kevin, se mostró inflexible en todo momento. Jarvis, en nombre de Ian, dijo que su cliente estaba dispuesto a responder a "determinadas preguntas", siempre que ello fuera por escrito y se garantizara que la declaración no llegaría a manos de los jueces que instruyen él sumarlo. El presidente de la comisión ordenó un descanso para debatir la propuesta, que fue rechazada tras una deliberación de media hora.

Los abogados tampoco cedieron un ápice, y se optó por iniciar las preguntas. %Tiene usted copias de la documentación sobre sus fondos de pensiones?" (todos los originales están, en teoría, en manos del juez). "¿Qué fondos dirigía usted?". "¿Quién es el propietario de Bishopsgate International Management?" (vértice del grupo Maxwell).

Los MaxweIl dieron la callada por respuesta mientras sus abogados reiteraban sus invocaciones previas. La sesión rozaba el surrealismo cuando el presidente optó por concluirla.

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