_
_
_
_
CRISIS EN EL MAGREB

Argelia continúa buscando un sustituto a Benyedid

Argelia parece caminar hacia la formación de una junta cívico-militar -o Consejo de Estado , en el que se reagruparían las instituciones con poderes constitucionales, entre ellas el Ejército, y que tendría como misión gestionar el país durante un tiempo aún no determinado. Este organismo llenaría el vacío provocado por la dimisión del presidente Chadli Benyedid, la disolución del Parlamento, el cese del presidente de la Cámara y la negativa o imposibilidad legal del jefe del Consejo Constitucional a presidir interinamente el país. Lo cierto es que Argelia continúa buscando un sustituto a Benyedid, a los dos días de la dimisión. Mientras se debate y se estructura el futuro órgano de gobierno de la nación, los integristas islámicos pidieron al pueblo y al Ejército que defiendan su victoria en las urnas y salven al país "de la peligrosa situación en que se encuentra.

Más información
Los dirigentes religiosos y la prensa iraní
"El tiempo juega en contra del FIS"
Un texto sagrado para acatar y no para discutir
Revolución moral y desafío militar

El sustitudo del jefe del Estado debería de gobernar el país de forma interina, pero no se han podido aplicar ninguna de las alternativas previstas por la Constitución, ya que el inmediato sucesor, el presidente del Parlamento, fue destituido el día-4, tras disolverse la Cámara.La otra alternativa legal ha tenido también que desestimarse, ya que el Consejo Constitucional se ha negado a asumir la responsabilidad y ha asegurado que su presidente no puede hacerse cargo de la jefatura del Estado, puesto que la interinidad sólo está prevista en caso de fallecimiento y no de cese o dimisión.

En medio de este vacío legal, emergen dos instituciones; el Ejército y el Gobierno de Ahmed Gozali. Ambas estuvieron reunidas el domingo por la tarde y la noche, en un intento de sacar al país del atolladero, siempre dentro del marco legal, y para reunirse utilizaron el Alto Consejo de Seguridad. En el cuadro de esta institución coincidieron los representantes de la cúpula civil con los de la militar, y desde allí se acordó suspender el proceso electoral y anular la segunda vuelta de las legislativas.

Institución atípica

El Alto Consejo de Seguridad es, según los especialistas, atípico e inadecuado para gobernar el país, ya que su misión es simplemente consultiva. Formalmente está configurado por el presidente del Parlamento, el jefe de Gobierno y los ministros de Defensa, Exteriores, Justicia y Economía, así como por el jefe del Alto Estado Mayor. Para empezar, hubo ya dos cargos vacantes en esta reunión: el del ministro de Economía, inexistente, y el del jefe del Parlamento. Además, difícilmente puede continuar gobernando el país, ya que su misión es otra: asesorar al presidente de la República sobre seguridad y orden público. Esta institución no está legitimada, según los especialistas, para tomar otras atribuciones o decisiones. Por todo ello, los rumores apuntan a que en los próximos días podría constituirse una junta cívico-militar o Consejo de Estado, lo que podría suponer la suspensión de la Constitución.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Según todas las opiniones, los hombres fuertes de esta junta cívico-militar serían Gozali, apoyado por un grupo de militares, entre los que se habla del ministro de Defensa, general Jaled Nezar; el ministro del Interior y general Mohamed Larbi Beljeir, y el general Abas Gheziel, jefe de la Gendarmería Nacional. A este trío se sumaría el general Abdelinalek Guenaiza, jefe del Alto Estado Mayor, y algún que otro ministro del actual Gobierno.

La formación de este Gobierno alejaría a Argelia aún más del marco constitucional y colocaría al país en una delicada situación, en cuyo horizonte no sólo no se vislumbran las elecciones legislativas, sino tampoco las presidenciales, de las, que ya nadie habla. Sin embargo, esta forma de Gobierno -junta cívico-militar o Consejo de Estado- permitiría resolver de forma pragmática la situación, abordar problemas económicos, legislar por decreto-ley e intentar disolver el fenómeno integrista. Se pondrían así las bases de un nuevo proyecto de democratización justo en el momento en que Argelia va a cumplir los 30 años de su independencia.

Protagonismo militar

El protagonismo de los militares argelinos parece que no es casual. Algunos medios informativos aseguran que la dimisión de Chadli Benyedid fue "recomendada" por un grupo de altos jefes militares que veían con malos ojos la posibilidad de que se estableciera un Gobierno de cohabitación entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Frente Islámico de Salvación (FIS). Si se confirmasen estas teorías, Argelia estaría intentando encubrir y disfrazar un verdadero golpe de Estado cuya primera víctima habría sido el propio Benyedid.

Históricamente, la situación no es nueva. La operación tramada en 1965 y que provocó el derrocamiento del presidente Ahmed Ben Bella por Huari Bumedian estuvo inspirada y potenciada por los militares, pero nunca fue definida como golpe.

El Frente Islámico de Salvación (FIS) hizo un llamamiento al pueblo desconvocando las manifestaciones, pero pidiéndole que se mantenga alerta ante "cualquier maniobra que trate de poner trabas a su voluntad o de retrasar el proceso de cambio". El comunicado hecho público anoche pide a sus seguidores que "se preparen ante cualquier eventualidad para salvar al país de la situación, peligrosa en que se encuentra".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_