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García Vargas: "Los presos de ETA se pudrirán en la cárcel"

Àngels Piñol

El ministro de Defensa, Julián García Vargas, dirigió ayer una serie advertencia a ETA al concluir el funeral por el comandante del Ejército del Aire, Arturo Anguera Vallés, de 50 años, que el miercoles murió en Barcelona ametrallado por dos miembros de un comando etarra. Otros dos militares resultaron heridos en el atentado. García Vargas afirmó: "Quiero decir a los terroristas, y a quienes les prestan apoyo político, que con atentados como éste, lo único que conseguirán es que los asesinos se pudran en la cárcel".La ceremonia, oficiada en la capilla castrense del parque de la Ciutadella, fue oficiada por el arzobispo Ricard Maria Carles, amigo personal de la víctima. Por la tarde, en la catedral de Tortosa, 2.000 personas se congregaron en una ceremonio previa al entierro, informa Josep LLuís Villa.

Tras el funeral, García Vargas insistió en que José Luis Urrusolo y Juan Jesús Narváez, etarras a los que se atribuye la acción, carecen de medios, gozan de escaso apoyo y actúan sin planificación. "Creemos que el atentado se cometió con poca preparación. El comandante efectúo ese día un desplazamiento inusual. Los terroristas podían haber disparado contra cualquier uniforme", dijo el ministro. Fuentes militares citadas por la Cadena SER señalaron que la ruta seguida era una alternativa para evitar atentados.

Por otra parte, los diputados de Herri Batasuna en el Parlamento de Vitoria permanecieron sentados cuando el presidente, Joseba Leizaola, pidió que se guardara en pie un minuto de silencio. Tasio Erkizia, diputado de HB, trató de explicar el por qué de su actitud, pero Leizaola le retiró la palabra.

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