Burgos, año nuevo, juicio viejo
Habrá dinero público para defender al alcalde
"Nos podemos comer el turrón en el juicio", aventuraban los abogados del caso contra el alcalde de Burgos, José María Peña (PP). Era septiembre y la vista empezaba después de tres años de diligencias. Además del turrón, han pasado las uvas: el 8 de enero se reanudará el caso. Faltará una abogada acusadora, Soledad Renedo, muerta en accidente. Otra novedad: el Ayuntamiento ha aprobado 40 millones de pesetas para pagar abogados defensores.
El alcalde y los dos concejales acusados de presunta corrupción en favor de un constructor podrán utilizar esa partida para hacer frente a las minutas de sus abogados defensores, entre los que figura Gonzalo Rodríguez Mourullo. El PSOE, en la oposición municipal, ha denunciado el acuerdo ante el Tribunal Superior de Castilla y León.Sin embargo, hay un precedente exculpatorio: el fiscal de la audiencia burgalesa señaló en julio que no era delito haber pagado ocho millones de pesetas, procedentes de las arcas municipales, a abogados de los munícipios implicados en el caso.
Accidente e infarto
Éste ha sido el último de una larga lista de incidentes. El juicio contra el regidor burgalés y otras diez personas, que se espera concluya este mes, ha sido pródigo en avatares. El más trágico, la muerte de la abogada de la acusación Soledad Renedo, en accidente de automóvil el 20 de diciembre. Ese mismo día, la corporación aprobaba los presupuestos para 1992, que incluyen 40 millones para defensa jurídica.El juicio comenzó el 9 de septiembre, después de tres años de batalla jurídica que acabó zanjando el Tribunal Constitucional al dar luz verde al proceso. El alcalde de Burgos y el constructor Antonio Miguel Méndez Pozo se sientan en el banquillo junto a otras diez personas, una de las cuales quedará excluída durante la vista. La acusación es grave: estafa, prevaricación y falsedad en documento público. Los presuntos delitos habrían permitido al promotor inmobiliario ganancias de unos 2.000 millones de pesetas.
El tribunal, encabezado por el juez Juan Sancho, deniega el primer día la comparecencia como testigo del presidente del Partido Popular, José María Aznar. La había solicitado la acusación, que intentaba demostrar que tras la presunta corrupción se escondía la financiación del PP. Finalmente, Aznar acaba declarando por escrito y niega cualquier vinculación con el caso.
La salud de Peña, un hombre de fuerte carácter, se resiente. Sufre una lumbociática pero acude, en camilla, al Palacio de Justicia. Los acusados pretenden que el juicio termine cuanto antes, pero debe suspenderse entre el 14 y el 22 de octubre por esta enfermedad. Se reanuda durante unos días. La salud del alcalde empeora: llega la tromboflebitis y, el 3 de noviembre, el infarto del que se recupera.
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