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Zapatillas sobre bombas

Rocío García

Los bailarines que interpretaron ayer la última pieza del programa Arenal se calzaron con zapatillas, a pesar de que es una coreografía que normalmente se realiza descalzo. Al parecer, unas bombas fétidas arrojadas sobre el escenario fueron la causa de la decisión de no bailar con los pies al aire.Este fue sólo uno más de los incidentes que caracterizaron parte de la representación de ayer. Un reducido número de personas entre el publico abucheó, insultó e intentó boicotear el programa, con toses, ruidos y voces. Fue la primera parte de la coreografía de Stamping Ground que se desarrolla en silencio, sin música, la que fue aprovechada para dejar clara su protesta, lo que provocó la reacción del público -una persona abandonó de manera estrepitosa la sala- y los insultos mutuos.

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Los gritos de "esquiroles", "fuera", "vuestros compañeros están en huelga", y los ruidos dirigidos a los bailarines arrecieron con la presencia en el escenario de Nacho Duato. Entre el público aparecieron voces discrepantes contra los boicoteadores, como "Iros a bailar a Tele 5" o "No me extraña que no estéis en el escenario".

Despidos o rescisiones

La jornada de ayer coincidió con la denuncia por parte del comité de huelga del despido de seis bailarines de la compañía. Cuatro de ellos (Olivia Jorba, Anabel Alvero, Sebastián González y José Antonio Beguiristaín) recibieron en la noche del viernes una comunicación del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) por la que se les advertía que el 31 de diciembre próximo se les rescindía el contrato.

Otros dos (Juan Carlos Santamaría y Pablo Molero) ya han sido advertidos de que antes del próximo 31 de enero, día en el que les termina el contrato, recibirán una notificación en el mismo sentido.

Mientras que los huelguistas hablaban de despidos, fuentes del teatro alegaban que se trataba de ejecutar una sentencia de la Magistratura de Trabajo del 5 de diciembre, y comunicada a ambas partes el día 17, ante la demanda presentada por los bailarines que pretendían hacerse fijos por llevar más de cuatro años en plantilla.

"La Magistratura ha considerado que tratándose de artistas no tienen derecho a la fijeza", afirmaron fuentes del INAEM, que no supieron explicar porqué habían esperado al día anterior a la huelga para notificar a los bailarines la próxima rescisión de su contrato.

Isabel Lovera, abogada de los bailarines, dijo que la "sentencia no recoge que se les tenga que rescindir el contrato", aunque reconoció que la ley no permite más contratos transcurridos cuatro años, situación en la que se encuentran algunos de sus defendidos.

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