Los laborists israelíes califican a Shamir de "último bolchevique"
VÍCTOR CYGIELMAN El primer ministro israelí, Isaac Shamir, lanzó el domingo un virulento ataque contra la oposición de izquierda de su país ante el comité central de¡ Likud, su partido, al acusarla de "antinacional" y de "aliarse con nuestros peores enemigos, los que hacen campaña para un Estado palestino y aprueban el terrorismo contra Israel". Ante dichas acusaciones, el partido laborista ha calificado ayer a Shamir como de último bolchevique sobre la tierra".
Frente a las tesis de los supuestos enemigos de Israel, el primer ministro Isaac Shamir pidió el domingo en Tel Aviv, ante la reunión del comité central del Likud, la bendición divina para los colonos judíos que viven en los territorios ocupados. La explosión verbal de Shamir sigue a la gran manifestación de solidaridad con los habitantes palestinos del poblado de Silwan que fueron expulsados de sus casas por colonos judíos y que fue organizada este fin de semana por el movimiento de Paz Ahora. Varios miles de israelíes respondieron el sábado a esta convocatoria de Paz Ahora y desfilaron por las calles de Silwan junto a los representantes palestinos encabezados por Feisal Husseini.Micha Harish, secretario general del partido laborista, ha calificado a Shamir como "el último bolchevique sobre la tierra, que actúa según una demagogia fascista para incitar a la violencia en Israel contra la oposición". Como prueba de dicho análisis, varios miembros de Paz Ahora informaron que fueron amenazados de muerte dos horas después del discurso de Shamir.
"Estáis marcados y váis a ser liquidados", decían algunas de las llamadas anónimas. Otros amenazaban: "Habrá mil Emile Grinzweig", en alusión al asesinato en 1982 del militante -pacifista Emile Grinzweig en una manifestación contra la guerra en el Líbano organizada por Paz Ahora.
Al acusar a la oposición a loslaboristas de pactar con el enemigo, es decir, de ser unos traidores, Shamir calumnia a casi la mitad de la población israelí que ha votado dicho partido. "Cuando se conocen las tensiones que dividen el país y la facilidad con la que las cabezas calientes de las organizaciones ultranacionalistas pasan del insulto a la violencia, uno se puede esperar lo peor, especialmente cuando las brutalidades se pueden cubrir con la bandera nacional", comentaba ayer Shimon Tamari, sociólogo israelí próximo a Paz Ahora.
