Los Doce retrasan la puesta en marcha de la televisión europea de alta definición
La viabilidad de la televisión europea de alta definición quedó seriamente amenazada ayer tras la decisión del Consejo de Ministros de Telecomunicaciones de la Comunidad Europea de aplazar hasta 1995 la entrada en vigor de la norma D2-MAC para la transmisión televisiva por satélite y cable. Los intereses enfrentados de los Doce -sólo Francia defendió hasta el final el proyecto inicial de la Comisión- impusieron un compás de espera que hará muy difícil a la CE competir con Japón, cuyo sistema es ya operativo.
El objetivo inicial de la CE era implantar la norma D2-MAC a partir del 1 de enero próximo como paso intermedio para la implantación de la alta definición y la norma definitiva HDMAC. En un principio, sólo Francia, Holanda y Alemania apoyaron el proyecto elaborado por el comisario Filippo Maria Pandolfi por los claros intereses para su industria televisiva.La posibilidad de acuerdo se vino abajo una vez que los alemanes comenzaron a desentenderse, preocupados en el desarrollo de su norma PAL y en atender un mercado televisivo (Alemania del Este y países limítrofes como Hungría y Polonia) cuyo reto no es la televisión del futuro, sino pasar del blanco y negro al color.
La presidencia holandesa presentó el miércoles una propuesta de compromiso que echaba por tierra la ambición inicial. Francia acabó ayer cediendo. A partir de 1995, la norma intermedia D2-MAC sólo será obligatoria para los nuevos servicios de televisión de alta definición, que incorporará mayor definición (1.250 líneas en lugar de las 625 actuales) y una presentación en un formato con la proporción 16 por 9 (panavisión).
Los satélites en servicio podrán continuar emitiendo su señal tradicional y el envío simultáneo de la D2-MAC sólo podrá obligarse cuando se apruebe el proyecto de ayuda financiera por valor de 130.000 millones de pesetas, cuya discusión se ha postergado a 1993.
Para la transmisión y recepción de señales hará falta un decodificador, y tanto la realización de programas en alta definición como el precio de los nuevos receptores (se habla de un coste por aparato superior a 400.000 pesetas) convertirán la televisión del futuro en un mercado muy minoritario.
La mayoría de los países estaban especialmente interesados en no aumentar el coste de sus satélites. España consiguió además el pasado 28 de noviembre asegurarse, a través deuna enmienda aprobada en el Parlamento Europeo, una excepción para no aplicar la nueva norma al Hispasat, basándose en que tiene huella en el continente americano. El haz del satélite español está orientado a América y no a Europa. Esta cláusula abre una vía a cualquier emisor para salirse de la directiva con la simple utilización de un repetidor que emita al continente americano, aunque ningún telespectador recibiera la señal.
Adaptación
La nueva directiva para emisión por cable y por satélite que entrará en vigor el 1 de enero deja las cosas como estaban y condena a la televisión de alta definición europea a una investigación de pioneros en lugar de un reto tecnológico, tal como se había concebido, de la Comunidad Europea.
La Comisión Europea proponía una fase de adaptación transitoria en la que sería obligatorio utilizar la norma D2-MAC, que implica incorporar decodificadores (traductores de la señal) a los emisores y a los aparatos o antenas parabólicas receptoras. Es decir, un mayor coste para productores y consumidores. Cuando la alta definición fuera ya una televisión comercializada, a partir de 1995, la norma definitiva (HDMAC) se impondría. La decisión de ayer deja todo en el aire.
España será en 1992 el país de experimentación de la alta definición con ocasión de los Juegos Olímpicos y de la Expo 92. Para ello contará con 100 equipos cedidos por la CE para mostrar el progreso televisivo. Sin embargo, se opone a la obligatoriedad de la norma transitoria "en defensa de los intereses de los consumidores", según el ministro José Borrell.
Según el experto Matteo Maggiore, a partir de 1994 Ia televisión de alta definición europea se puede ver reducida a un mercado mínimo con respecto a los sistemas actuales y con la emisión terrestre asegurada por el sistema digital que está desarrollando Estados Unidos".
Japón, que cuenta con su propia norma, ya ha comenzado a emitir regularmente en alta definición.
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