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Las proyecciones del Gobierno prevén un déficit comercial textil de casi medio billón en 1995

La balanza comercial de] textil-confección español alcanzará un déficit de 465.000 millones de pesetas corrientes en 1995. Este pronóstico se desprende del informe confidencial enviado por España a la Comunidad Europea sobre el Plan de Competitividad de la Industria Textil y de la Confección, al que ha tenido acceso este diario. El plan requerirá unas inversiones de casi 200.000 millones de pesetas y subvenciones por 16.700 millones entre 1991 y 1994.

El documento explica la importancia del sector para la economía española, con un peso del 70/,ó del PIB (exceptuando la construcción) y un 10,4% del empleo industrial, al dar trabajo a 311.000 personas en 199 1, un 6% menos que en 1988.El estancamiento de la producción, el rápido deterioro del comercio exterior y la disminución de empleo son los datos más reveladores que conforman la evolución del sector, según el documento. El Gobierno cita como causas de este marco pesimista "la escasa dimensión empresarial, la deficiente estructura de: distribución, la rigidez de las estructuras industriales y la falta de intemacionalización".

También apela a factores externos al sector, principalmente de carácter comercial, como la coincidencia entre la consolidación del mercado único y el final de la prórroga del Acuerdo Multifibras desde el 1 de enero de 1993, en un marco en el que la comparación con la industria textil comunitaria es negativa. "La productividad, el nivel de inversión, el tamaño de las empresas y el nivel tecnológico son inferiores a la media europea", reconoce el texto español.

El informe destaca la menor productividad del textil-confección español en comparación con el de Italia, Alemania, Reino Unido y Francia, que achaca. en buena parte al "uso de mano de obra que no es polivalente y que muestra una falta de adiestramiento vocacional; la aritigüedad de la maquinaria, que está por debajo del nivel de la CE; el pequeño tamaño de las empresas, y la ausencia de técnicas modernas de dirección y la necesidad de poner al día las aptitudes directivas".

El pequeño tamaño de las empresas españolas del sector queda patente en un estudio llevado a cabo por la revista alemana Textil- Wirtchaft, según el cual dentro de las 160 empresas más grandes de la confección en Europa no hay ningún grupo español, y sólo siete están entre las 300 empresas textiles mayores del mundo.

Tradición proteccionista

Esto se debe, según el Gobierno español, a la tradición proteccionista, que defendió a las empresas pequeñas de la competencia internacional; a la disponibilidad de mano de obra barata, y a la falta d6reglamentación oficial para la creación y disolución de empresas. Como consecuencia de todo ello, en España hay "poca tradición exportadora, plantillas formadas principalmente por mano de obra inexperta -la calidad aumenta con el tamaño de la empresa-, bajo nivel de innovación tecnológica y una economía sumergida significativa".El documento apela a todas estas cuestiones para justificar la creación de un plan sectorial y detalla el desarrollo del mismo (véase el cuadro adjunto). En este detalle se prevén unas necesidades de inversión de 197.800 millones, de los que 179.800 van destinados a estrategia de política industrial, 12.000 a promoción exterior y 6.000 a formación. Las subvenciones presupuestadas se elevan a 16.700 millones de p9setas en cuatro años, a razón de 500 millones en 1991, 4.000 en 1992, 7.000 en 1993 y 5.200 millones de pesetas en 1994.

Del negro al rojo

La balanza comercial del textil-confección, que en 1985 registraba un superávit de casi 100.000 millones de pesetas, entró en números rojos para el comercio español en 1988. En puridad, la entrada en déficit es algo anterior, aunque a efectos estadísticos no se registró hasta aquel año porque fue entonces cuando se incluyó en el balance del textil-confección el comercio de confección de punto, que hasta entonces se incluía en el conjunto de géneros de punto.Esta situación es especialmente grave en el subsector de la confección (véase el cuadro adjunto), que verá cómo el déficit comercial aumentará desde 61.000 millones en 1989 a 379.000 millones de pesetas en 1995, según estas proyecciones, realizadas en términos de pesetas corrientes (incluyendo la corrección de la inflación que se prevé para ese periodo).

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