El Papa afirma que el sínodo invita a rediseñar el "rostro cristiano de Europa"

Juan Pablo II calificó ayer al sínodo de obispos, clausurado el pasado sábado, como una invitación a "abrir los ojos y adoptar las iniciativas adecuadas para rediseñar el rostro cristiano de Europa".El Papa realizó estas manifestaciones durante el tradicional rezo del ángelus, en la plaza de San Pedro, y afirmó que ese encuentro ha sido "un acontecimiento importante para la Iglesia, pero también para toda la sociedad europea". En clara referencia a las transformaciones que viven los países del Este, Juan Pablo II afirmó que los "extraordinarios cambios surgidos en los últimos meses han sugerido y casi impuesto la convocatoria" del sínodo.

A juicio del Pontífice, los trabajos de la asamblea de obispos "constituyen una herencia que será conservada y valorada por el bien espiritual de todo el continente". Esto contrasta con las críticas vertidas por parte de los asistentes al encuentro, ya que el documento final estaba redactado antes de iniciarse las sesiones de trabajo.

El sínodo ha puesto de relieve, por primera vez, la divergencia de pensamiento y vivencias que hay entre la iglesia de la Europa del Este que ha vivido en clandestinidad y la de Occidente. No obstante, entre los aspectos positivos, los obispos señalaron que el sínodo ha servido para poner en contacto a unos con otros y limar asperezas.

Por otra parte, y pese al significativo gesto de Juan Pablo II de inivitar a las iglesias ortodoxa, anglicana y prostestante a participar en las deliberaciones junto a los obispos católicos, el sínodo comenzó con la ausencia de representantes de la iglesia ortodoxa rusa y terminó con serias dudas sobre una posible unión con los anglicanos.