Apertura en Marruecos de la campaña para la liberación de todos los presos políticos
Una veintena de asociaciones políticas, sindicales, culturales y humanitarias de Marruecos iniciaron ayer una campaña para recoger un millón de firmas para reclamar la libertad de los presos políticos y sindicales y el retorno de los exiliados. El inicio de esta campaña coincide con el primer aniversario de la revuelta de Fez - diciembre de 1990 -, en la que murieron una treintena de personas.
La campaña Un millón de firmas se abrió oficialmente el sábado por la tarde en la sede central del sindicato Confederación Democrática de los Trabajadores (CDT) en Casablanca, en un acto público al que asistieron cerca de un millar de personas y que estuvo presidido por diversos líderes sindicales y políticos. La sala destinada a la reunión resultó insuficiente y muchas personas se vieron obligadas a seguir el mitin desde las escaleras del edificio o desde la acera en la calle, a pesar de que las fuerzas de seguridad habían cercado la zona.Desde la acera de la calle Abdellah el Miediuni, en el corazón de Casablanca, se escucharon con claridad las palabras del líder sindical Nubir el Amui, máximo dirigente de la CDT, recordando los incidentes de Fez, ocurridos durante la huelga general convocada por las principales organizaciones obreras del país para reclamanr mejoras económicas y sociales.
El orador rechazó la acusación del Gobierno según la cual los incidentes habían sido provocados por delincuentes y traficantes de drogas, y aseguró que los verdaderos traficantes de drogas y delincuentes son los que crean la situación de injusticia y de crisis económica. Recordó asimismo que un año después de los incidentes seguía sin esclarecerse oficialmente aquellos hechos.
Huelga de hambre
Numerosas madres y esposas de detenidos políticos asistieron también al acto. Entre ellas se encontraban familiares de 34 reclusos de la prisión Ukacha, en Casablanca, que desde hace 19 días están en huelga de hambre ¡limitada para protestar por las condiciones de la vida carcelaria. Una de las esposas de los detenidos explicó que los huelguistas solicitan dos reivindicaciones básicas: el derecho a las visitas personales y utensilios para calentarse la comida. "No es nada del otro mundo, pero las autoridades judiciales se niegan a ello", aseguró el familiar.Los huelguistas de la cárcel de Casablanca se encuentran cumpliendo penas que oscilan entre los cinco y 20 años de prisión. El colectivo está formado por 26 islamistas radicales y ocho militantes de la organización marxista-leninista Ilal Amam, que dirigía Abraham Serfati, quien se encuentra en París desde que fuera puesto en libertad el pasado mes de octubre. Algunos de los huelguistas se hallan ya en un grave estado de salud.
El sábado, al finalizar el acto político, mientras las pancartas colgadas desde las ventanas se mecían al viento, algunos asistentes comenzaron a estampar su firma en el documento en que se reclama la libertad de todos los presos de opinión del país y el retorno de los exiliados. Se iniciaba de esta manera una de las movilizaciones pacíficas más importantes de los últimos años en Marruecos.
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