La cumbre centroamericana vincula la paz a la eliminación de las desigualdades

Los presidentes de Centroamérica y Panamá advirtieron ayer, al término de la undécima cumbre regional reunida en Tegucigalpa (Honduras), que para consolidar la paz en la región es indispensable acabar con las desigualdades sociales de sus respectivos países, y reclamaron un mayor esfuerzo a la cooperación internacional para seguir adelante. La cumbre se mostró también dispuesta a promover la reconciliación, el desarme y el cumplimiento de los derechos humanos en la zona.

Pese a que, de momento, lo acordado en Tegucigalpa es más un capítulo de intenciones que una medida concreta, salvo algunos programas nacionales ayer mismo revelados, por primera vez en una cumbre presidencial latinoamericana se le ha dado la máxima prioridad en la agenda a los problemas sociales y, en este caso concreto, a la grave situación que padecen niños y jóvenes en el continente, especialmente en Centroamérica.Las cifras son alarmantes: de 30 millones de habitantes, la mitad es menor de edad, y 18 millones viven por debajo de los límites de la pobreza. Y de estos 18 millones, 13, de los cuales la mitad son niños, constituyen casos extremos que rozan la indigencia.

La cumbre de Tegucigalpa no sólo reunió a los cinco presidentes del istmo, más el primer ministro de Belice, George Price, que asistió como invitado, sino que contó con la activa presencia de una importante delegación de funcionarios de los programas de desarrollo de las Naciones Unidas, que hizo severas predicciones y reclamó el esfuerzo de los gobernantes para prevenir consecuencias catastróficas. Éste fue el caso de la directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Nafis Sadik, que advirtió que Centroamérica posee el índice de crecimiento demográfico más alto del hemisferio occidental.

Destrucción de recursos

Sadik dijo que hasta el año 2005 se incorporarán a la población mundial tres millones de personas por año, lo que en Centroamérica, con su alto crecimiento, creará graves problemas para la comunidad ambiental, puesto que la pobreza y el crecimiento acelerado de su población convergen en la destrucción de los recursos básicos de supervivencia. En este sentido pidió a cada gobernante que examine minuciosamente en sus respectivos países la relación de la población con los recursos básicos y sus perspectivas de desarrollo.El presidente de Costa Rica, Rafael Ángel Calderón, reveló un plan de su país, el de menor índice de mortalidad infantil y también menor tasa de analfabetismo en la zona, para el desarrollo humano, que tituló Guerra contra la pobreza, cuya financiación dijo que procederá no sólo de la cooperación internacional, especialmente del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial, sino de programas estatales que racionalizarán el gasto público, por un lado, y promoverán una mejor y más eficaz recaudación de los impuestos públicos, por otro.

Honduras, a través de su presidente, Rafael Leonardo Callejas, dio a conocer también su plan de acción contra la pobreza y la marginación para los próximos dos años, con un gasto de 500 millones de dólares, las tres cuartas partes de los cuales se los repartirán iniciativas en el terreno de la salud y la educación. El 27% de la inversión será financiada desde el exterior. Honduras, con la mitad de su población menor de 15 años, es, junto a Nicaragua, Belice y El Salvador, de los países con mayor tasa de mortalidad infantil al año: de cada 1.000 recién nacidos mueren aproximadamente 60.