Los sindicatos desisten de pedir al Parlamento que rechace la reforma del Tratado comunitario
Las centrales sindicales españolas desisten de pedir al Parlamento que no ratifique la reforma del Tratado comunitario por "los modestos avances" logrados en política social en la cumbre de Maastricht (Holanda). Esa opinión coincide con la primera valoración realizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que considera un logro que algunas cuestiones sociales se puedan aprobar por mayoría y no se exija la unanimidad.
Tanto UGT como CC OO creen que el punto más negativo de la cumbre comunitaria es que el Parlamento europeo sigue sin competencias para controlar las decisiones de los gobiernos. Sin embargo, las conclusiones en política social hacen que CC OO tenga "un moderado ciptimismo" y UGT considera que se ha dado "un paso adelante, aunque moderado" para avanzar en la construcción europea.Los dos sindicatos españoles harán conjuntamente un estudio detallado, mientras que la confederación europea fijará su postura en el comité de dirección previsto para el 18 de enero.
Frente al escepticismo que tenían antes de la cumbre, ahora consideran un avance que se hayan ampliado las materias de política social que se pueden desarrollar en directivas por mayoría cualificada. Éstas son: la integración en el mercado de trabajo de los jóvenes y parados de larga duración y el derecho de información y consulta de los representantes de los trabajadores.
El último punto, vinculado al pacto firmado por la patronal UNICE y la CES para lograr una negociación colectiva a nivel europeo, abre posibilidades hasta ahora inexistentes, a juicio de los sindicatos. Ese acuerdo persigue que la Comisión Europea pida a los interlocutores sociales su opinión, una vez decida hacer alguna propuesta en materia social. En segundo lugar, les dará la posibilidad de ser consultados para ver si están dispuestos a que esa materia, en vez de regularse por norma comunitaria, se regule por acuerdo entre ellos y luego se aplique en las negociaciones colectivas nacionales.
Al margen de esos aspectos positivos, el líder de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, matizó que pedirán al Parlamento que modere "el triunfalismo del Gobierno español" y que le comprometa para el desarrollo de los acuerdos sobre cohesión económica. El sindicato cree que se debe aplicar una política presupuestaria que corrija realmente los desequilibrios. "No queremos ser aguafiestas", afirmó Gutiérrez, "y nos felicitamos por la aprobación de los fondos, pero eso no es cohesión".
Manuel Bonmati, responsable de UGT en relaciones internacionales, precisó que su sindicato tiene tres reservas en relación a los resultados de la cumbre de Maastricht: que la dimensión social haya acabado relegada a un protocolo; cuál será el desarrollo real de la dimensión social; y que, pese al déficit que tiene España, no se haya incluido en el paquete de mayoría cualificada los problemas relacionados con la protección social.
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