El candidato de Aznar a presidir el PP catalán, elegido sólo por la mitad de los delegados

El presidente nacional del PP, José María Aznar, sufrió ayer un serio revés por parte de las bases de su propio partido en Cataluña. Su candidato para presidir la organización conservadora en Barcelona y Cataluña, Aleix Vidal-Quadras, alcanzó su objetivo, aunque con un considerable voto de castigo. En el congreso barcelonés obtuvo 197 votos de los 392 posibles, y en el regional logró 375 papeletas a favor de los 743 compromisarios con derecho a sufragio. Un dirigente nacional del PP había vaticinado, antes de las votaciones, que sería un desastre si Vidal-Quadras no obtenía el 70% de votos.

La victoria pírrica de Vidal-Quádras vaticina que el enfrentamiento en la organización conservadora catalana proseguirá en el futuro. Además, el revolcón que ha sufrido el candidato oficialista cuestiona el liderazgo real de Aznar en el partido y pone en peligro a medio plazo su proyecto de refundar la organización en Cataluña, después de que obligara a dimitir al frente de la misma a Jorge Fernández Díaz.La candidatura de Vidal-Quadras, a la que fueron obligados a incorporarse numerosos dirigentes críticos bajo la amenaza de Aznar de que si no cerraban filas alrededor de su aspirante suspendería el congreso, como hizo hace un año, obtuvo el 58% de los votos, si se tiene en cuenta que sólo emitieron su sufragio 335 de los 392 delegados acreditados.

El rival de Vidal-Quadras en el congreso provincial de Barcelona fue Ignacio Olear, un abogado de Esparreguera que fue el último alcalde del franquismo en esa localidad barcelonesa de 11.000 habitantes, y que encabezó una candidatura improvisada. Pese a su carácter testimonial obtuvo el 35% de los sufragios al aglutinar parte del voto de los críticos.

En un intento de atraerse a los compromisarios, Vidal-Quadras intervino en el congreso para asegurar que los votos contra su lista servirían para reforzar a los socialistas y a CiU. El candidato sentenció que ha llegado el momento de obligar al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, "a sacarse la careta" para que defina las alianzas que quiere en la política española. Precisamente, uno de los motivos que han impulsado a Aznar a aupar a Vidal-Quadras al liderazgo del PP en Cataluña en su acerva oposición al nacionalismo convergente, frente a la contemporización con CiU que la dirección conservadora atribuye a Fernández Díaz.

Fue tal el temor del delegado personal enviado por Aznar para solucionar la crisis catalana, Javier Arenas, a que el congreso se le escapara de las manos, que a los dirigentes críticos les fueron entregadas papeletas de voto en las que ya figuraba el nombre de Vidal-Quadras. Al anunciarse el triunfo de éste, un centenar de delegados abandonó airadamente la sala.

El secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, cerró el congreso resaltando que su partido "predica y practica" la democracia interna.

Más contundente estuvo José María Aznar en la clausura del congreso regional de Cataluña, celebrado después del de Barcelona. Aznar justificó su intervención en el proceso precongresual en el derecho y el deber de decidir lo que ha de ser el PP. "Si hubiéramos encargado el diseño de la trayectoria política del PP en Cataluña durante estos meses a nuestros adversarios, no lo habrían hecho de modo más favorable para ellos", admitió.