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Rebelión en la base del partido comunista portugués contra la cúpula dirigente

Centenares de militantes del Partido Comunista Portugués (PCP) desafían abiertamente a la dirección nacional del partido. Los elementos más jóvenes del actual Comité Central no están de acuerdo con el ambiente inquisitorial y la caza de brujas que la vieja guardia está fomentado no sólo en el interior del partido, sino también en las direcciones sindicales de la CGT.

Según el máximo dirigente, Alvaro Cunhal, ha llegado la hora de "deshacerse de las hojas muertas", de todos aquellos cuyas dudas y "estados de ánimo" pueden afectar negativamente la moral de las bases.

La decisión del Comité Central de expulsar del partido a cuatro importantes críticos, entre ellos al eurodiputado Barros de Moura y al dirigente sindical José Luis Judas, debía, en opinión de los duros, servir de ejemplo e indicar claramente la determinación del PCP de no confiar ninguna tarea o cargo de responsabilidad a militantes que no estuvieran en perfecta sintonía con la línea del partido. Judas se anticipó al castigo anunciando su salida del PCP. Barros de Moura optó por la estrategia opuesta, renunciando a su escaño en Estrasburgo en vísperas de la reunión del Comité Central. Pero ambos fueron incluidos en la misma sentencia condenatoria.

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